Hitler hizo la mayoría de sus pinturas antes de la Primera Guerra Mundial y de ser recluta del ejército alemán. El dictador ordenó luego que se recolectaran las obras

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16 de marzo de 2019, 13:00 PM
16 de marzo de 2019, 13:00 PM

Después de que se vendió el último objeto de la selección de obras de arte, muebles y timbres postales un sábado de febrero, Kathrin Weidler leyó una breve declaración: indicó que se absolvía a la casa de subastas Weidler de cualquier responsabilidad moral por lo que presentarían a continuación. Entonces Kathrin Weidler, directora del negocio familiar, comenzó la subasta de Aldea en un lago junto a las montañas, una obra de acuarela común y corriente, en 45.000 euros (unos 51.000 dólares).

La pintura parecía una más entre las miles de acuarelas comunes y corrientes que se venden en los pequeños mercados al aire libre de toda Europa cada semana, excepto por la firma en la esquina inferior derecha: “A. Hitler”.

En los últimos diez años ha crecido el nicho de mercado de las obras de Hitler, según expertos, lo que ha resultado en un aumento del valor de las pinturas, dibujos y acuarelas que supuestamente creó el después dictador hace más de un siglo. Sin embargo, es probable que muchas de estas obras, si no es que la mayoría, no sean realmente creación de Hitler. 

Después de permitir que este tipo de subastas públicas se realizaran sin supervisión durante años, los fiscales alemanes empiezan a tomar cartas en el asunto. Días antes de la subasta de febrero, la fiscalía del distrito inspeccionó la casa de subasta Weidler y confiscó 63 pinturas: 26 que estaban programadas para la venta y otras 37 al parecer destinadas a próximas subastas.

La fiscala Antje Gabriels-Gorsolke dijo que las obras de arte fueron incautadas como parte de una investigación de falsificación y fraude. Semanas antes de eso, la policía interrumpió una venta en la casa de subastas Kloss en Berlín, donde tres pinturas supuestamente de Hitler estaban entre el conjunto de obras ofertadas. Weidler vendió la acuarela Standesamt und Altes Rathaus Muenchen (El antiguo ayuntamiento de Múnich)”, con la firma A. HItler, en 2014 por 161.000 dólares. Hitler hizo la mayoría de sus pinturas antes de la Primera Guerra Mundial, después de que lo rechazaron para estudiar en una escuela de arte y antes de ser recluta del ejército alemán. Una vez en el poder, Hitler ordenó que se recolectaran las obras y posiblemente destruyó algunas de las de peor calidad. Más allá de la cuestión moral de comprar arte mediocre solo porque lo pintó un dictador genocida, también está el problema de verificar si Hitler en realidad creó las obras. Se han fabricado y certificado como auténticas tantas pinturas falsas que nadie sabe cómo lucen las verdaderas pinturas de Hitler. Ya que no tienen ningún valor artístico, hay pocos valuadores profesionales dispuestos a estudiarlas.

“Todo es parte de una zona gris”, dijo Christian Fuhrmeister, historiador de arte en el Instituto Central para la Historia del Arte de Alemania, organismo de investigación con financiamiento público.”Pero sí nos preguntan al respecto con más frecuencia que antes”, añadió. Fuhrmeister señaló que todo lo que pueden hacer él y sus colegas es comparar las obras con las pocas pinturas conocidas de Hitler, que están en el archivo estatal de Bavaria, para identificar las falsificaciones evidentes.

El negocio de falsificar pinturas de Hitler data de casi la primera vez que tomó un pincel, de acuerdo con Bart Droog, periodista neerlandés que se especializa en obras falsas atribuidas al alemán. Cuando llegó al poder en 1933 ya existían muchas falsificaciones, y tanto la demanda como la oferta crecieron con los años hasta que, en 2014, un cuadro del ayuntamiento de Múnich supuestamente pintado por el dictador se vendió en 161.000 dólares en la casa de subastas Weidler.

Standesamt und Altes Rathaus Muenchen (El antiguo ayuntamiento de Múnich) y documentos que Weidler usó para afirmar que la acuarela fue hecha por Hitler antes de la venta en 2014. Gabriels-Gorsolke, de la fiscalía de distrito, dijo que los fiscales buscan investigar a los propietarios y a vendedores antes de que las obras fueran subastadas para ver si se cometió fraude. De ser falsas, las piezas se confiscarían de manera permanente; por ahora se encuentran en la estación de policía, en el depósito de evidencias.

Weidler ha vendido, además de las 63 obras atribuidas a Hitler que fueron confiscadas en febrero, casi un centenar más, un número sorprendente pues es probable que realmente existan muy pocas con la firma del dictador, dijo Sven Felix Kellerhoff, historiador y periodista del diario Die Welt.

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