Discurso de Elías Caurey, delegado de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, ante el Comité Directivo de la Unesco, para la organización del IYIL 2019

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9 de febrero de 2019, 4:00 AM
9 de febrero de 2019, 4:00 AM

(En guaraní) Tenonde, apipota ayapo yasoropai ñanderu Tüpape jare mbae iya retape, echako jae reta omboesape tape ñandeve. Aipotavi amondo tamaraeme peve mburuvicha reta kuae yemboatipe peï vaepe, joko raiñovi, ïru tët-tëta reta rupi oï vae retape. Jokoguiye, kuae arape jare kuaegui, che pia jori-jori reve aipota amondo tamaraeme opaete kuaña retape, ñande yari retape, jae retako jae ñane ñee iä jare ñande reko iyokota. Amondovi tamaraeme tairusu retape jare jae chupe reta, aguiye pemara ñane ñeegui, pereko oputuu jare okua-kua, jaeramo jae peve: Ñanderu Tüpa oyeapo ñeera jare omee teko jokuae rupi ñandeve, jaeramo opita ñande piape jare oñeomoëta ñane äpe. Ñane ñee jaeko tekoveipi jare iyapi. Ñane ñee rupi yayoko ñande reko, jaeramo yaikua mbae ikavi ani ikaviä vae, yaguata vaerä tape jupi rupi. Ñane ñee jaeko teko pöra, jaeramo yayangarekota jese, ani vaerä ñakäñi. Jaeramo, ñane ñee rupi ñañemoeräkua… Añave che karai ñeeta, aiporuta kuae ñee oikuaa vaerä ïru të- ta-tëta reta mbaeko jae aï vae: (traducción)

Quiero agradecer a nuestro Dios y a los espíritus tutelares de las cosas por hacer posible este encuentro, pues ellos alumbran nuestro caminar. También darles un saludo fraterno a todas las autoridades presentes en esta asamblea, de igual forma a los que se encuentran en los diferentes territorios. Asimismo, en este día y desde este lugar, de forma muy efusiva saludar a las mujeres, a las abuelas, porque ellas son el alma de nuestro idioma y el cimiento de nuestro modo de ser.

De igual forma, les mando un caluroso saludo a los jóvenes y decirles que no se avergüencen de nuestro idioma; en ustedes descansa y se reproducirá, por eso quiero dejarles el siguiente mensaje: Nuestro padre creador se hizo palabra y mediante ella nos dio la vida, es por eso que se aloja en nuestro corazón y habita en el alma. Nuestro idioma es el principio y fin de nuestra existencia.

Nuestro idioma refleja la esencia de nuestro modo de ser, en ella descansa y se manifiesta nuestra espiritualidad. Nuestro idioma es felicidad, por eso, cuidarlo está en nosotros para no perecer. La palabra nos moldea como el agua que cae gota a gota sobre la piedra. Por eso, hacerse palabra es plasmarse tal cual uno es. Ahora voy a hablar en castellano, un idioma prestado y utilizado como franco, para que mis palabras sean entendidas por más personas: Las organizaciones de las Naciones Indígenas Originarias del Abya Yala me han encomendado la representación ante el Comité Directivo de la Unesco para la Organización del Año Internacional de las Lenguas Indígenas 2019.

Es así que, en esta Asamblea de las Naciones Unidas, quiero expresar lo siguiente: las naciones indígenas del Abya Yala estuvimos siempre acá, nuestra placenta está acá y moriremos acá. Y, como tal, pido que se respeten nuestros territorios al igual que nuestros idiomas, regalo que hemos heredado de nuestro creador.

Los bosques, los ríos, las piedras… no es que no hablen, están en silencio porque hemos perdido el don de saberlas sentir, de ver con los oídos, y esto pasa porque estamos menospreciando a nuestros idiomas originarios. Es momento, y la realidad así nos lo exige, de encarar la revitalización lingüística y cultural como una tarea de todos, ¡pero, en serio! De revitalizar a las sociedades.

Tiene que ser política de Estado, inversión de recursos necesarios, al igual que otros temas como el de hidrocarburo; invertir en los idiomas originarios es garantizar el verdadero desarrollo porque es el combustible de la felicidad. La realidad nos está mostrando que vivimos en una sociedad analfabeta con relación a los idiomas minorizados. Los gobernantes están en la obligación de saber hablar, al menos, una de las lenguas originarias si quieren ser gobernantes completos; y los gobernados, de comenzar a practicarla. Por ello, pido que se declare el “decenio de las lenguas indígenas”.

Queremos seguir soñando, riendo, llorando, amando, filosofando…; es decir, viviendo en nuestro propio idioma. Pues, hablar en nuestra lengua originaria es como acariciar el alma, es una llave que nos permite abrir puertas hacia el encuentro entre seres humanos en igualdad de condiciones. Los casi 600 pueblos indígenas que habitamos en el Abya Yala no estamos buscando solo revitalizar nuestros idiomas, pues nuestra meta es el reencuentro con nuestros ancestros, con nuestros hijos y con nosotros mismos. Traigo a esta Asamblea este ‘mboko’ (mochila), que está cargado de ilusiones y espero que, esas ilusiones, no se desvanezcan como agua entre los dedos.

Como indígena, creo firmemente que necesitamos una dosis de terquedad lingüística y cultural; que viva o muera nuestro modo de ser e idioma depende de nosotros, ¡Ah, pero cuidado!, esto no libera el compromiso de los estados con los idiomas originarios.

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