El diseñador, artista plástico y calígrafo brasileño expone por primera vez en Manzana1. Reivindica el arte de la escritura y de su vigencia en una época en la que predomina lo digital

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28 de julio de 2018, 4:00 AM
28 de julio de 2018, 4:00 AM

Su nombre está escrito en las publicaciones internacionales más importantes acerca del arte de la escritura. Algunas de sus obras forman parte del acervo del Museo Contemporáneo de Caligrafía en Moscú y, además de la gran variedad de instrumentos de los que se vale para escribir (tiene una colección de cientos de ellos, de distintas épocas y lugares), ya dibujó sus letras en cuerpos, muros, tapas de discos e incluso en invitaciones para matrimonio; “todas siempre escritas a mano”. El brasileño Cláudio Gil es diseñador gráfico, artista plástico, pero sobre todo es caligrafo; un arte que pareciera anacrónico en la era digital, pero que sigue vigente y ha cobrado nueva fuerza, dice Gil que como prueba de ello cita los más de 5.000 alumnos en más de 300 talleres que ha dado en Brasil en los últimos 15 años y en los que ha enseñado caligrafía clásica y contemporánea.

El calígrafo y artista brasileño no solo cree en la vitalidad de este oficio, sino también en las grandes posibilidades creativas  que este tiene y un ejemplo de ello es la muestra Kalligrápho et non Kalligrápho Bruta, que desde la semana pasada se exhibe en el espacio de arte Manzana1 y en la que las caligrafías y composiciones en diferentes escalas realizados con una diversidad de instrumentos en papel reciclado invitan a deletrear el universo creativo que propone Gil. La fuente de inspiración Cláudio Gil cuenta que en 2015 lo invitaron a participar en la Bienal del Cartel que se realiza en la ciudad de La Paz.

“Cuando llegaba al aeropuerto de El Alto vi ese paisaje muy lindo, luego me adentré por La Paz y pude ver las formaciones geológicas de sus montañas y me encantó todo ese contraste. Esa cosa bruta de la geológica con esa parte lógica de la geometría humana puesta en las rutas y en las construcciones. Entonces empecé a pensar cómo podía asimilar eso en mi trabajo y empecé a buscar una manera de desarrollar una caligrafía de manera parecida a lo que veía en esas piedras en esa fusión entre hombre y naturaleza. Generalmente elijo dos tipos de letras y cuando las uno se convierten en otra cosa, entonces la propuesta era traer ese ejercicio diario a una forma muy personal de la caligrafía, de ahí es que nació una primera muestra que expuse ese año en La Paz y de la que esta que ahora presento en Santa Cruz de la Sierra es una continuación”, comentó el artista que estuvo en la capital cruceña montando su exposición y dando un taller de caligrafía para principiantes. “Me encantan dos tipos de caligrafías, la gótica alemana del siglo XVI y la capital romana sin serifa (trazo ornamental que remata la cola o brazo de algunos tipos de letra).

Aquí fundí los estilos, que están en tiempos muy distintos y una me dio la posibilidad de romper con la regla de la otra y cuando pasa eso sucede es como fundir para formar algo más expresivo que va más allá de la letra y el texto”, contó el artista que tendrá hasta principios de septiembre su obra expuesta en Manzana 1. Vigencia La caligrafía, que para el francés Claude Mediaville es “el arte de escribir con letra bella” ha vuelto a tener un renovado interés y sigue en aumento, según Gil. “Recuerdo que 15 años atrás había una sola profesora en Sao Paulo que daba clases de caligrafía, pero no solo manual para producción de invitaciones, sino que enseñaba estilos, pero hoy hay mucha gente interesada.

Yo he dado clases a más de 5.000 alumnos con más de 300 talleres desde 2004 y de los más variados, desde clases para principiantes, como para avanzados. Creo que en esta época lo digital produce cosas en la que todo es parecido, la caligrafía aplicada en el diseño gráfico o en el diseño de tipografías es lo único que te puede ofrecer algo distinto y eso lo están comprendiendo cada vez más empresas e instituciones que buscan crear una tipografía distinta en sus presentaciones y logotipos”, afirmó el artista. Gil también dijo que para convertirse en un buen calígrafo se tiene que trabajar todos los días para conseguir un trazo original y a sus alumnos siempre les repite una frase del poeta portugués Fernando Pessoa que dice Repetir, repetir, repetir hasta que quede distinto. “Es necesario disciplina, mucha constancia, pero sobre todo pasión, si no la tienes no podrás lograr una buena letra”, concluyó Gil.

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