Así se lo manifestó a la agencia de noticias EFE. El papa recordó a los cardenales el practicar la gracia de la pobreza

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29 de junio de 2018, 4:00 AM
29 de junio de 2018, 4:00 AM

“¿Quién puede llegar desde limpiabotas a cardenal?, se preguntó Toribio Ticona vestido con la sotana púrpura cuando la agencia de noticias EFE se acercó al boliviano recién investido como cardenal emérito. Ya no estaban en la basílica de San Pedro, donde se realizó el Consistorio para la creación de cardenales. La ceremonia de casi una hora ya había terminado y los tres cardenales eméritos (en otras palabras jubilados) fueron separados de los restantes 11 y llevados al Aula Pablo VI, un edificio moderno dedicado a las grandes audiencias.

En el atrio estaban los tres que no participarán en un eventual cónclave al haber superado los 80 años de edad: el prelado emérito de la diócesis boliviana de Coro Coro, Toribio Ticona; el arzobispo emérito de la mexicana Xalapa, Sergio Obeso Rivera, y el claretiano español Aquilino Bocos Merino. 

Ellos fueron acogidos por otras autoridades eclesiásticas y embajadores, pero sobre todo por cientos de fieles de varias nacionalidades que no dudaron en llevar regalos a los purpurados, abrazarlos para dar la enhorabuena y, teléfono en mano, sacarse una selfi con ellos.

Ticona, de origen quechua, reconoció a EFE su alegría e incluso su extrañeza por su nueva dignidad, después de haber desempeñado trabajos de lo más variopinto en sus 81 años, como limpiabotas, albañil, mecánico, minero o vendedor de periódicos. “Parece increíble, la mano de Dios, como en toda mi vida, me ha acompañado. Es impensable”, se cuestionó antes de recibir a un grupo de jóvenes que llevaban la bandera boliviana atada a la espalda que quisieron besar el anillo en su mano y posar a su lado.

Preguntado por el secreto de su trayectoria, se limitó a explicar, con una sonrisa, que todo ha ido “poco a poco”.

Una mirada a la periferia

Este que fue el quinto consistorio de Francisco, estuvo marcado por la designación de nuevos cardenales provenientes de Iglesias más alejadas.

Ayer juraron obediencia y fidelidad al papa y a sus sucesores el patriarca de Babilonia de los Caldeos, en Irak, Louis Raphael I Sako, en lo que se interpreta como un gesto de cercanía ante la situación de los cristianos perseguidos en la región, y Joseph Coutts, arzobispo de Karachi, Pakistán, otro lugar donde los cristianos son una minoría.

También llamó la atención el japonés Thomas Aquino Manyo Maeda, arzobispo de Osaka, y el cardenal de Madagascar, Désiré Tsarahazana, arzobispo de Toamasina. Así como el jesuita arzobispo de Huancayo, Pedro Ricardo Barreto Jimeno, un gran defensor de la Amazonía y del pueblo indígena.

Tampoco pasó desapercibido nuestro cardenal, cuya tez morena resaltó entre el grupo. La presencia de Ticona entre los elegidos estuvo en perfecta comunión con el mensaje de Francisco, que instó a todos a “practicar la gracia de la pobreza y la humildad porque la mayor riqueza y promoción que pueden recibir de la vida es el servicio a Dios y al prójimo”, esto en contrapartida a lo que tradicionalmente se piensa de los cardenales, que son vistos como una especie de príncipes del clero.  

Y remató diciendo: “La humildad debe prevalecer, no sentirse superiores a nadie, únicamente podemos mirar a una persona desde arriba hacia abajo cuando la ayudamos a levantarse”.

Los que conocen a Ticona han dado fe de que es un hombre que ha vivido con sencillez, que se ha movido entre los más necesitados de todo el altiplano boliviano y que es de perfil muy bajo. No ha faltado quien ha dicho que la ordenación de Ticona como cardenal es un hecho histórico para el movimiento indígena boliviano y latinoamericano.

Tras esa ceremonia, Ticona se convirtió en el segundo cardenal nacido en Bolivia, después de Julio Terrazas, quien falleció a finales de 2015 luego de luchar contra un proceso infeccioso pulmonar.     

Visita a Benedicto XVI

Los purpurados después de recibir el birrete rojo, el anillo y el título de manos de Francisco, en una simbólica ceremonia en la basílica de San Pedro, visitaron al papa emérito Benedicto XVI, que reside en el monasterio Matter Ecclesiae, dentro de los muros de la Santa Sede. 
Joseph Ratzinger, acompañado por su secretario, Georg Gänswein, recibió sentado a Francisco, que se inclinó y besó su mano, y a los nuevos cardenales, y rezó con ellos un avemaría en la capilla de su residencia, donde reside desde poco después de su renuncia, en 2013.

Su retorno

Mañana, a las 10:00, hora de Bolivia, Francisco celebrará la misa por la festividad de los santos Pedro y Pablo, patronos de Roma, con los nuevos cardenales en la Plaza de San Pedro, entre ellos Toribio Ticona.

El tercer cardenal que ha tenido Bolivia y el segundo de origen boliviano se quedará unos días más en el Vaticano y, según la Conferencia Episcopal de Bolivia, su arribo se realizará el 5 de julio en la ciudad de La Paz, donde reside desde que se jubiló. Mientras que la comunidad de Callapa, donde Ticona se estrenó como sacerdote a finales de los 60, ha anunciado que le tienen preparado un gran recibimiento en el aeropuerto y un festejo más grande, aún el 24 de este mes en el pueblo de Callapa.

Por su parte, se espera que la primera aparición pública de Ticona en un evento oficial del clero boliviano se haga en Santa Cruz, que será sede del Congreso Americano Misionero 2018, del 10 al 14 de julio.