Restablecer relaciones con Estados Unidos fue puesta en la agenda de campaña de Carlos Mesa. El candidato presidencial no considera necesaria la presencia de la agencia antidrogas en el país. Hay cuestionamientos

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4 de julio de 2019, 4:00 AM
4 de julio de 2019, 4:00 AM

La relación con Estados Unidos volvió a estar en la agenda de una campaña electoral. Esta vez la introdujo el expresidente Carlos Mesa en una entrevista que concedió a EL DEBER Radio. El también candidato a la jefatura de Estado por Comunidad Ciudadana prometió que -si gana- Bolivia restablecerá relaciones plenas con la potencia del norte, que se encuentran en su mínimo nivel desde septiembre de 2008 cuando el Gobierno expulsó al entonces embajador Phillip Goldberg, acusado de interferir en los asuntos internos del país.

No obstante, Mesa advirtió que no permitirá el retorno de la DEA (la agencia antidrogas de EEUU) porque ha fracasado en la política global de lucha contra el narcotráfico. Esta posición valió la crítica de sus adversarios políticos, y fue recibida con cautela por expertos internacionalistas y en seguridad.

“No creo que sea imposible una relación con Estados Unidos sin la DEA, pero es muy difícil que se produzca. Esto pasa, en primer lugar, por un cambio de Gobierno. No porque Evo Morales no pueda hacerlo, sino porque va en contra del discurso antiimperialista del presidente”, opinó José Carlos Campero, asesor y consultor de organizaciones públicas.

Campero basa esta posibilidad en que el mercado de la droga que transita por Bolivia no va dirigida a Estados Unidos, sino a los países vecinos y a Europa. “No somos un problema para EEUU. Pero esto no supone que el imperio cambie su política exterior solo por Bolivia, porque entonces otros países pedirían un trato similar”, indicó.

Andrés Guzmán Escobari, historiador y analista internacional, coincide en que la recomposición de la relación es necesaria y para eso se debe “recuperar la confianza perdida”. En su criterio, esto se logrará de forma gradual con la reposición de embajadores y la vuelta de los organismos de cooperación, como Usaid. “Hay que mirar a la región para darse cuenta que todos los gobiernos giraron a la derecha. El discurso antiimperialista no es pragmático”.

Toshiro Miki, internacionalista, también ve viable lograr relaciones sin la DEA. Recordó que hubo acercamientos en los mandatos de Barack Obama (2009-2017).

Comercio exterior

Precisamente, el economista y asesor de la Cámara Nacional de Comercio, José Gabriel Espinoza, apuntó que las exportaciones a Estados Unidos pasaron de $us 240 millones entre 2000 y 2005, a más de $us 877 millones entre 2006 y 2018; sin embargo, también cambió la composición de las exportaciones, ya que antes el 65% correspondía a productos no tradicionales (joyería, textiles y cuero), mientras actualmente los productos no tradicionales representan menos del 25% de la oferta.

“En otras palabras, las exportaciones a Estados Unidos se han ‘reprimarizado’, lo que implica una mayor vulnerabilidad a las variaciones de precios internacionales, junto con empleos de menor calidad y menos sostenibles”, dijo.

Adversarios políticos

La presidenta del Senado, Adriana Salvatierra (MAS), tachó a Mesa como un líder débil que si llega al Gobierno doblaría las rodillas. “No ha cambiado en los últimos 23 años; un político antiguo que quiere gobernar para los viejos poderes”, manifestó.

El vocero de Bolivia Dice No, Vladimir Peña, dijo que más allá de la DEA, lo que preocupa es la condescendencia del Gobierno con el narcotráfico. Señaló que son evidentes los vínculos de jefes de la Policía y de altos funcionarios con narcos y la falta de reacción del Gobierno. “Apostaremos por normalizar las relaciones con EEUU; el problema de la droga lo resolveremos los bolivianos”, dijo.