Al menos el 30% de los postulantes del MAS no figuran en sus libros. Comunidad Ciudadana mezcló la estructura del Sol.bo y activistas. La UCS también recurrió a las plataformas

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21 de julio de 2019, 14:00 PM
21 de julio de 2019, 14:00 PM

La proliferación de fuerzas políticas habilitadas para las elecciones generales de 2019 no implica vida partidaria. Así quedó patentado en las listas de candidatos a senadores y diputados, plagadas de ‘independientes’, activistas e invitados. Ni siquiera el Movimiento Al Socialismo y Bolivia Dice No (Demócratas y sus aliados) se salvaron de la regla general, pese a que ambos presumían de sus estructuras en las elecciones primarias. Las listas del MAS que se presentaron ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) están matizadas con dirigentes que no tienen militancia masista.

En una revisión de las nóminas del oficialismo se pudo constatar que al menos el 30% está integrada por personas que no figuran en el banco de datos de militantes del Tribunal Supremo Electoral. Desde los primeros escaños para senadores, diputados plurinominales e incluso algunos uninominales, no están en el registro del MAS. EL DEBER comparó las listas con la aplicación del TSE, Yo Participo.

En esta verificación se pudo constatar que incluso la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, que postula como primera diputada plurinominal por el departamento de Santa Cruz, no figura como militante masisARCHIVO ta. Ella aclaró que se trata de un error de las depuraciones que realizó el TSE, pues se registró en el partido oficialista. De ese modo, en Santa Cruz, por ejemplo, de los 13 candidatos a diputados uninominales, siete no tienen militancia. Eso quiere decir que el 50% de las listas del oficialismo son personas que no hacen vida orgánica en el partido.

Eso tal vez explique la molestia de parte de su militancia local, que incluso convocó a un ampliado para tratar de modificar las listas durante la semana que concluye. Ayer, en una concentración de masas, el presidente Evo Morales reiteró que conformar las listas “fue un sufrimiento” y recordó que cuando él se presentó como candidato, nadie quería ser postulante a la Asamblea y que había que rogar a la gente.

“En cambio ahora hay que seleccionar quién entra”, aseguró. Los dirigentes de los movimientos sociales del MAS reclamaron más espacios dentro la Asamblea, sin embargo, las listas fueron entregadas supuestamente con consenso de las propias regiones.

En muchos casos se buscó alianzas con sectores estratégicos, como en el caso de Potosí, donde se decidió obviar el pasado opositor del empresario minero Orlando Careaga en procura que la influencia del millonario ayude a mejorar el desempeño oficialista en el área urbana. En el caso de Santa Cruz, se optó por una exmiss como primera senadora tras no llegar a buen puerto en las negociaciones con un connotado empresario y una destacada académica. Pero los invitados no concluyeron ahí. De los uninominales cruceños, siete no son masistas.

Estos, como Luis Héctor Cristaldo, lateral izquierdo de la selección mundialista, fueron ubicados en circunscripciones urbanas que se le suelen resistir al oficialismo. Ese iba a ser el destino del Diablo Etcheverry, que declinó su postulación a última hora por no sentirse preparado para un cargo político. Una constante del oficialismo es la postulación de dirigentes de la Central Obrera Departamental en sus listas.

En algunos casos, como el del Rolando Borda, va como senador. En Cochabamba, Hermo Pérez tuvo que conformarse con la franja de seguridad de Diputados. También sumó periodistas, como la concejala cochabambina Rocío Molina y el exdirector de Opinión Sergio de la Zerda. También se reservó espacios para la farándula: tiene cantantes y exmisses. En la oposición también hay exreinas de belleza y hasta ‘gladiadoras’ de Calle 7.

Opositores

En el caso de la alianza Bolivia Dijo No (BDN), la mayoría de los aspirantes vienen del Movimiento Demócrata Social (MDS) y hay algunos que incluso pertenecen a partidos como el MTS, del gobernador de La Paz, Félix Patzi. De ese modo, Elianne Beatriz Capobianco Sandoval, María Lourdes Landívar Tufiño y Eric Landívar, son militantes del MDS.

Otros proceden de la plataforma que le dio origen a su nombre, como es el caso de Álvaro José Puente Calvo no es militante y es uno de los candidatos de más edad. La curiosidad de La Paz es que el primer “pluri”, Wilson Santamaría, no figura como militante partidario, pese que es diputado por Unidad Demócrata. Por otra parte, Martha Yujra Apaza, figura como militante del MTS. También, un exasambleísta departamental, Julio Tito Condori (de ASP), logró ingresar a las listas rojas. Incluso le ‘robaron’ una militante al FRI, Cecilia Luque Tórrez, que encontró espacios a lado de Ortiz y no con el candidato de su partido, Carlos Mesa. En Cochabamba, el panorama es similar a Santa Cruz: la mayoría de sus candidatos vienen de filas del MDS. Lo mismo sucede en otras regiones como Oruro, Potosí o Beni.

El mesismo

 La alianza que propone a Carlos Mesa, hizo una mezcla entre militantes del FRI y Sol.bo donde estos partidos tienen estructuras. El resto de sus listas fueron completadas con integrantes de plataformas, lo que da a las nóminas del expresidente una diversidad de ideologías y visiones de país que en muchos casos pueden ser hasta contradictorios.

Destaca la presencia de jóvenes, como María José Salazar o Isanday Guillermo, pero también se aseguraron de colocar en su franja de seguridad a los escuderos del exvocero de la causa marítima: Carlos Alarcón, su abogado, y Gustavo Aliaga, uno de sus hombres de confianza. Luis Revilla también hizo valer el peso en su alianza, con Edwin Herrera y José Luis Bedregal, además de aprovechar para ‘foguear’ a varios de sus militantes jóvenes en el resto del país. El FRI se quedó con un escaño en el senado para Zoya Zamora, la hija de Motete. En el caso de Pan-Bol, Frente Para la Victoria (FPV), el MNR o UCS recurrieron también a sus militantes.

De hecho, este año se verá un promedio de edad de legisladores que será diferente al de otros periodos porque los partidos se ocuparon de promover jóvenes, tal vez alentados por el dato de que casi el 40% del padrón electoral está constituido por millennials.

Tal vez el partido que más fiel fue a sus libros de militantes fue el MNR. Casi sin presencia en las encuestas de intención de voto, el partido rosado recurrió a sus jefes de comando para las primeras senadurías y diputaciones, y a figuras que ya saben de altos cargos públicos para las diputaciones. Eso sí, también tiene invitados. Les llegaron a través de currículos enviados por redes sociales. Así, desde mañana, se verá quién eligió mejor y qué candidato puede llegar a más territorio con sus propuestas a través de sus postulantes a la Asamblea Legislativa.