Para Víctor Hugo Cárdenas fue una decepción. Montaño destaca la sencillez

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7 de agosto de 2018, 4:00 AM
7 de agosto de 2018, 4:00 AM

El discurso que pronunció ayer el presidente Evo Morales desde la Casa de la Moneda, en Potosí, fue interpretado por los opositores como un mensaje sin proyección y sin contenido; desde el oficialismo lo describen como sencillo y con muchos datos que permiten confiar en el futuro, mientras que un analista político destaca la falta de sobriedad del acto.

En criterio del exvicepresidente de Bolivia Víctor Hugo Cárdenas, la alocución del jefe de Estado resultó “una decepción” porque a diferencia de años anteriores, cuando mostraban muchas estadísticas y cifras, esta vez no hubo datos concretos de la economía.

Además, según el excompañero de mandato de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-97), el discurso del actual Gobierno se reduce al concepto de la nacionalización de los hidrocarburos que generó el ingreso de recursos extraordinarios y propició la estabilidad económica. Sin embargo, señaló que el sustento discursivo es irreal porque el flujo de dinero se debió a los altos precios internacionales del petróleo y a la Ley de Hidrocarburos y gas (3058), aprobada el 18 de julio de 2004 por el entonces presidente del Senado Hormando Vaca Díez (MIR) y a la que se opuso el MAS, de Morales.

En contrapartida, el diputado oficialista Édgar Montaño (MAS) asegura que en esta oportunidad el primer mandatario optó por pronunciar un discurso sencillo, pero vigoroso y claro, para que todos los ciudadanos conozcan a cabalidad los logros alcanzados durante los 12 años de gestión.

“El país tuvo un crecimiento económico promedio del 4,4%, mientras que en Latinoamérica era del 1,3%. Además, Bolivia ha dado un salto grande a la industrialización y se han invertido más de $us 7.000 millones, lo que representa una cifra importante con relación a los gobiernos neoliberales”, destacó Montaño.

Otro mensaje escuchó el expresidente Jorge Quiroga, Tuto. A su juicio, el jefe de Estado se quedó sin discurso y sin estrategias porque durante los 33 minutos en que hizo uso de la palabra en la Casa de la Moneda se dedicó a divagar y a intentar apagar las voces de las personas que gritaban Bolivia dijo No. Según Quiroga, el primer mandatario tendrá que soportar los gritos de los ciudadanos que exigen el respeto a sus votos en el referéndum del 21 de febrero de 2016.

Por su lado, el exdiputado y docente universitario Daniel Valverde dijo que le llamó la atención la falta de sobriedad del acto. “Hubo un concurso de barras, muchas bullas y se impidió una presentación de informe posible de ser analizado y digerido. El presidente dio un discurso a tropezones porque ni el mismo se escuchaba”, señaló.