Los opositores criticaron la falta de renovación de los ministros más cuestionados. Sectores afines al MAS le exigen al gabinete que trabaje para el pueblo. Médicos piden a la ministra Campero que reflexione

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24 de enero de 2018, 8:00 AM
24 de enero de 2018, 8:00 AM

Ni golpe de timón, ni enroques, ni fusiones. El presidente Evo Morales ratificó a la mayoría de sus ministros y solo cambió, por razones de salud, a los ministros de Presidencia y Defensa, René Martínez y Reymi Ferreira, respectivamente. Con ello, se dio el regreso de uno de sus ministros históricos de la primera gestión, Alfredo Rada, exministro de Gobierno que ahora ocupará la cartera de Presidencia y de un exsinmiedo, que desembarcará en el Ejecutivo tras dos legislaturas como diputado. Se trata de Javier Zabaleta, que estará a cargo de Defensa. El resto no se mueve. Esto levantó pedidos de los sectores sociales del MAS de que los ministros se acerquen al pueblo, además de críticas de la oposición, que consideró la ratificación como otra oportunidad perdida. Por su parte, los cívicos alistan una reunión en Cochabamba para definir la fecha de un paro nacional. 

Durante toda la semana pasada se había hablado de la fusión de Cultura con Comunicación, que algunos ministros cambiarían de cartera, que otros regresarían de sus respectivos ‘exilios dorados’, que el presidente no encontraba un médico para reemplazar a la ministra de Salud y que quería a alguien de la ‘vieja guardia’ en Planificación del Desarrollo. Se sabía que había dos cambios cantados: Presidencia y Defensa, ambos por razones de salud, pero los nombres para ocupar esas carteras no estuvieron ni cerca de los elegidos por el presidente. Según voces del interior del partido en función de Gobierno, a Morales no le convencieron las sugerencias de nuevos colaboradores y decidió ratificar a su equipo, pese a las críticas que han recibido -sobre todo- las ministras de Salud, Adriana Campero, y de Cultura, Wilma Alanoca.


“Esperemos que la ratificación de la ministra sea un momento de reflexión para ella, y que más bien a partir de esto el conflicto no se agudice, sino que se den soluciones de acuerdo a lo que se ha tratado”, dijo, en referencia a Campero, Aníbal Cruz, presidente del Colegio Médico de Bolivia, con quien Campero ha tenido más de un conflicto.


También quedó claro que en el Gobierno la última palabra la tiene Evo Morales. Muchos movimientos sociales habían cuestionado a varios ministros. Ayer, en un contacto con la agencia ABI, Hilarión Mamani, máximo líder de Conamaq, pidió al gabinete que trabajen en coordinación con los movimientos sociales. “Hay que buscar de manera conjunta ideas y propuestas para que Bolivia siga adelante, deben trabajar para el pueblo”, dijo.


Otro dirigente afín al Gobierno, el representante de la Federación de Juntas Vecinales de La Paz, Jesús Vera, pidió a los ministros acercarse más al pueblo.


 Sí hubo un regreso, el del tono del discurso enaltecedor de Evo Morales, una forma de la que el mismo presidente había tratado de alejarse la jornada anterior, cuando puso a todos los sectores de la sociedad boliviana como “protagonistas” de su proceso de cambio. 


El canciller Fernando Huanacuni fue el encargado de hablar por todos sus colegas. “Hermano presidente, le agradecen la selva, la montaña, la pachamama, los pueblos indígenas, los pueblos amazónicos (...). Este es nuestro tiempo y, por lo tanto, vamos a caminar con el orgullo, dignidad humildad, compromiso, trabajo, como nos enseña nuestro hermano presidente”, dijo. 


Cuando le tocó hablar a Morales, pasó al contraataque. Consideró que la participación de la ciudadanía en el acto del lunes, es una respuesta a las ofensas de la derecha, “que nos insulta, nos amenaza, nos conspira, yo siento que nuestros movimientos sociales están escuchando cada día por los medios de comunicación o por redes sociales y causa reacción, con guerra sucia, con mentiras”, dijo. 


Hasta ese momento, el encargado de responder a los insultos contra el presidente había sido Álvaro García Linera. Sin embargo, a diferencia del vicepresidente, Morales no fue hacia la confrontación sobre la base de la identidad étnica, sino que aseguró que ellos tenían la verdad, la transparencia y la honestidad como respuestas a la oposición.


“Si al presidente ofenden tanto, cómo será al pueblo, está clarísimo eso”, dijo, luego de asegurar que lo llaman sollozando por los insultos en su contra.


Los otros políticos
El poco movimiento entre las piezas del gabinete llevó a la oposición política a afirmar que al Gobierno le falta gente competente para renovar a los ministros. 


Para el expresidente Jorge Quiroga, el Gobierno se ha convertido en un pasanaku, porque ya nadie quiere subirse a un barco que se hunde. 
Por su parte, el gobernador de Santa Cruz y jefe de Demócratas, Rubén Costas, aseguró que Evo Morales eligió un gabinete para seguir como está, buscando su reelección en lugar de resolver los problemas ciudadanos. Para él, con esto se confirma el proceso de agotamiento de un régimen “derrotado en las urnas dos años consecutivos” (por el referendo del 21-F y las elecciones judiciales) y asegura que solo le queda dos opciones: “Un gabinete para la confrontación y volver al pasado, o un gabinete para reconducir una gestión deteriorada y capaz de comprender que no se puede gobernar de espaldas al pueblo y robarle su soberanía”, dijo.


Su ex aliado político, el jefe de UN, Samuel Doria Medina, coincidió en parte con Tuto Quiroga y aseguró que la falta de cambios en el gabinete tal vez se deba a que la gente que podría ingresar no quiere involucrarse porque el Gobierno está en un proceso de declinación. “Le han dicho que no porque cuando un Gobierno se está acabando la gente ya no quiere entrar”, aseguró.


Sobre las conspiraciones denunciadas por Morales, fue Rubén Costas el encargado de responder. “Que no  se inventen historias, que no se inventen golpes. El presidente debe saber que nadie quiere tumbarlo. El pueblo quiere que termine su gestión, y esta tiene fecha de caducidad, que es enero del 2020”, dijo el gobernador.


Los cívicos
Del lado de los cívicos tampoco hubo alegría con los retoques del gabinete.  Fernando Cuéllar, presidente cívico cruceño, consideró que este cambio se lo veía venir, ya que el exministro Reymi Ferreira había anunciado sus problemas de salud. Dijo que lo lamentable es que haya vuelto alguien de la línea dura como Alfredo Rada, acusado por los chuquisaqueños de las muertes de La Calancha durante la Asamblea Constituyente. “El presidente se inclina por la línea dura, en lugar de pacificar al país, darle una respuesta al país, para que en lugar de que el ciudadano esté protestando en uno y otro lado esté trabajando. Creo que el Gobierno no está leyendo bien las manifestaciones ciudadanas, esto no es una conspiración ni responde a la línea de ningún partido, lo único que quiere la gente es que el presidente respete su voto y respete la Constitución”, señaló. 


Aseguró que se reunirán entre el fin de semana e inicios de la próxima semana en Cochabamba para definir fecha del paro nacional ya acordado con otros comités y que en lugar de desmovilizar sectores con el anuncio de la abrogación del Código Penal, en Santa Cruz se pliegan cada día nuevas plataformas a la protesta. 


Juan Flores, presidente cívico de Cochabamba, explicó que aún no ha podido coordinar con Tarija, Chuquisaca y Potosí la fecha de la reunión para definir las nuevas medidas. Explicó que en principio habían pensado en reunirse jueves, pero prefirieron esperar a ponerse de acuerdo con el bloque del sur del país. 


Para no esperar sentados, dice que ya iniciaron los trámites para revocar el mandato de los diputado que aprobaron el código penal. Mientras los políticos discuten, en Santa Cruz se prepara un nuevo bloqueo del segundo anillo para el viernes al final de la tarde y otra protesta en las precarnavaleras del sábado. Pasado el feriado plurinacional, abrogado el código y cambiado el gabinete, las protestas parecen recalentarse a fuego lento.