Los movimientos contrarios a la ‘izquierda’ hacen notar su fuerza en la capital peruana. La cumbre paralela queda como el último refugio del llamado ‘socialismo del siglo XXI’

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12 de abril de 2018, 4:00 AM
12 de abril de 2018, 4:00 AM

Cuando lleguen a Lima los buses con el medio centenar de representantes de plataformas ciudadanas que vienen desde Bolivia con la protesta del 21-F, una agenda mediática los estará esperando. Además, Rolando Descarpontríez, cabeza de la avanzada, se ha contactado con movimientos similares llegados desde Venezuela y desde Cuba, y los convenció de redactar juntos un manifiesto por la democracia continental. 

Así, la comitiva que se mueve en un par de buses por el territorio peruano y que llegará al centro limeño hoy, poco después del mediodía, encontrará un ambiente más propicio a sus demandas que con las reivindicaciones de los que desde principio de siglo han apoyado el denominado ‘giro a la izquierda’. Ahora, el ‘socialismo del siglo XXI’ programado por Hugo Chávez y que se propagó en algún momento por Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Ecuador y Argentina, ha vuelto a sus orígenes de un movimiento de resistencia, circunscripto a la Cumbre de los Pueblos, que vuelve a hablar sobre la “arremetida del imperialismo” y que tendrá como sus principales oradores a Evo Morales y a un saliente Raúl Castro. 

Bolivia en Lima
Descarpontríez ha dado entrevistas para preparar el camino a la comitiva y explicar cómo, el 21 de febrero de 2016, más de la mitad de los bolivianos se opusieron a que Evo Morales y Álvaro García Linera tengan una nueva posibilidad de reelección. Eso será reforzado por los que vienen en la caravana que el lunes partió de Santa Cruz  y el martes pasó por La Paz para recoger más gente y dejar 10.000 cartas para que el Tribunal Supremo de Justicia haga respetar el voto.

Las delegaciones afines a Morales se encuentran entre las más numerosas de la Cumbre de los Pueblos y sus pancartas cubren la testera del evento, que apenas comienza y que se dividió en mesas de trabajo encargadas de redactar una declaración.

En lo más formal, el expresidente Tuto Quiroga no para de dar entrevistas y hacer declaraciones que apoyan la decisión de Luis Almagro de enviar a diferentes instituciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) el documento de la Comisión de Venecia, que asegura que la reelección no es un derecho humano. Para Quiroga, Almagro puso en una situación incómoda y mantendrá aislado a Morales en la cumbre de este viernes y sábado. Allí, donde Morales antes se sentía cómodo, solo reconocerá el rostro amistoso del cubano Raúl Castro y del nicaragüense Daniel Ortega.

Quiroga también estará presente en actos en los que los contrarios a la ‘izquierda’ mostrarán su dominio, como el de la Red Liberal de América Latina, que premiará a Almagro con presencia de la disidente cubana Rosa María Payá; la manifestación contra Maduro en la plaza San Martín, en la que también se verán banderas del 21-F; y el encuentro del Freedom Forum sobre Cuba y el movimiento liderado por Payá, en el que Almagro, una vez más, será el principal invitado.

Pero no es lo único que los políticos de oposición buscan en Lima. La diputada Fernanda San Martín se reunió el lunes con su homóloga peruana Rosa María Bartra para compartir experiencias sobre la investigación congresal del caso Odebrecht. San Martín contó que hablaron sobre procedimientos de una investigación casi policial que le demandó más de un año a la comisión peruana. 

A partir de hoy, los actos se volverán más callejeros y las protestas se harán sentir en Lima. Y si en Mar del Plata 2005 (Argentina), la izquierda demostró su fuerza con la manifestación de Stop Bush, que prácticamente enterró la ALCA, en Lima, parece perfilarse el último volantazo continental del giro a la derecha.

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