Cuatro dirigentes de plataformas piden mantener la fe en la pelea por el 21-F, están seguros de que la marcha de mañana será masiva, pero reconocen que no se pudo evitar la candidatura de Evo Morales

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20 de febrero de 2019, 4:00 AM
20 de febrero de 2019, 4:00 AM

“Hay que reconocer que estamos en tiempos completamente distintos”, dice Alejandra Serrate, dirigente de la plataforma Resistencia Femenina, un grupo de no más de 10 mujeres que lograba -a finales de 2017- notoriedad por lo creativo de sus protestas. Ahora, con un número mayor de integrantes, Serrate admite que la electorización del país fue un “cálculo acertado” del Gobierno y que provocó que muchos miembros de plataformas sean cooptados por los partidos políticos. “El momento ha cambiado -repite y busca una bocanada de aire, un ‘pero’ salvador-, pero Santa Cruz es abrupta en lo que respecta al movimiento ciudadano y espera el momento más candente para movilizarse”. Serrate, María Belén Mendívil (Me comprometo con Bolivia), Eduardo Gutiérrez (SOS Bolivia) y Manuel Saavedra (Bolivia Dice No) esperan que mañana sea un momento candente y la marcha que ¿festejará? los tres años de la victoria del No en el referendo del 21-F llene el espacio entre El Cristo y la estatua de Ignacio Warnes, en la plaza 24 de Septiembre. Antes de eso, se sentaron frente a los micrófonos de EL DEBER Radio para analizar el pasado, presente y futuro de la política a través de las plataformas.

Mientras Evo Morales considera ‘enterrado’ el movimiento del 21-F, tras las primarias y la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los cuatro activistas creen que sigue vivo en la población. Pese a que las huelgas de hambre de diciembre lucieron famélicas en su número, Mendívil cree que hay un movimiento ciudadano que ha tomado impulso y muchas más personas han salido a las calles “para enterrar al totalitarismo”. Saavedra, que lidera la plataforma de Demócratas, Bolivia Dice No, vio centenas de ciudadanos en Sucre dispuestos a defender su voto ante la CIDH y cree que la gente ha perdido el miedo a gritar que en 2016 ganó el No y que el Gobierno ha perdido impulso.

Gutiérrez usa la aritmética electoral para fundamentar su coincidencia con Mendívil y Saavedra. El 21-F está más vigente que una elección forzada, porque las primarias fueron una clara derrota para el MAS, con la que pensaban que iban a borrar el 21-F”, dijo.

No sería la última vez que se mencionaría la elección primaria como una ‘derrota’. En otras ocasiones se sumó la elección judicial del 3 de diciembre como otra derrota, pese a que todos los que participaron de las primarias están habilitados como candidatos para las elecciones generales de octubre y los elegidos en diciembre de 2017 ahora son tribunos constitucionales, jueces del Tribunal Supremo de Justicia y magistrados del Consejo de la Judicatura.

Gutiérrez hizo un repaso de las denuncias internacionales hechas por las plataformas y aseguró que el mundo ahora sabe que Evo Morales “ya no es aquel indígena de chompita que estaba a favor de los pobres, sino que es alguien que se da una vida de jeque, que ha ido a los mundiales de fútbol que ha podido, que apoya a un dictador como Maduro y que trata de replicar un modelo ‘castrochavista’ en Bolivia”.

Pese a ello, en la política local, que es donde renueva su poder Evo Morales, según la encuesta en el eje troncal hecha por Captura Consulting, el presidente aventaja por más de 11 puntos a su inmediato perseguidor, Carlos Mesa. Pero en política, como en las publicidades de una gaseosa, todo depende si se ve el vaso medio lleno o medio vacío: Saavedra lo ve medio vacío. Para él, la última encuesta dice que casi el 70% de la población no está de acuerdo con que Morales vuelva a ser presidente y cree que debe ser difícil para él haber ganado con más del 60% y hoy tener un 33,4%. Asegura que se debe a que llevaron a los bolivianos a votar en un referendo inventado, que al final no les gustó el resultado y decidieron no acatarlo.

Cuando se les recuerda que el segundo lugar de dicha encuesta hecha para la revista Poder y Placer está ocupado por la suma de indecisos más votos blancos, Serrate asegura que los partidos políticos han pasado a segundo plano, que hoy es el momento de los ciudadanos y que estos no esperan que las elecciones de octubre sean justas.

Mendívil cree que aún es posible que todo se le dé vuelta al Gobierno. Recuerda que el referendo de 2016 fue convocado el 5 de noviembre de 2015, justo cuando la población estaba adormecida por acciones del MAS, cuando aún se sentía el temor en la dirigencia por los efectos del caso terrorismo y muy pocas personas se animaban a salir a las calles. Pese a ello, el 21 de febrero ganó el No.

La politización

Pero, en tiempos de movilizaciones de 2016 y -sobre todo- tras el fallo del Tribunal Constitucional del 27 de noviembre de 2017, se vio una gran cantidad de plataformas agitando el ambiente en las calles, que incluso lograron volverse nacionales para tumbar el nuevo Código Penal, que ya había sido promulgado por el Gobierno. Luego de esa ‘victoria’, las movimientos ciudadanos se fueron diluyendo y no lograron convertirse en partidos, como sí lo hicieron en España, donde del movimiento Indignados surgieron Podemos y Ciudadanos. “Es que en España hay democracia”, dice Mendívil.

Para Gutiérrez, la renovación no es solo mostrar jóvenes, sino hacer política de forma diferente, con “principios y valores”. No se muestra contrario a que dirigentes de plataformas hayan pasado a engrosar filas de partidos, pero sí no comulga con el momento en el que lo hicieron. Cree que las plataformas debieron mostrar firmeza para que los partidos no ingresen tan fácil a las primarias como lo hicieron, y que eso es lo que se necesita ahora, unidad para mostrar fuerza en las protestas. Ve saludable que los partidos salgan de cara al pueblo y sumen a la marcha. Saavedra añade que aún el movimiento 21-F representa a los más de dos millones de personas que votaron por el No y que en estos tres años se han conseguido cosas inimaginables. Mendívil cree que el momento de la participación directa en política de las plataformas llegará en las elecciones subnacionales de 2020, para eso se están preparando.

Mientras tanto, los objetivos siguen siendo los mismos del 20 de febrero de 2016, de un día antes del referendo: lograr que Evo Morales no se repostule. ¿Y la propuesta de país? “Eso es trabajo de los políticos”, dice Gutiérrez.

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