Hubo marchas, paros y bloqueos en rechazo a la reelección de Evo. Las movilizaciones del MAS llegaron a plazas de seis capitales. Las intervenciones policiales más duras se dieron en Santa Cruz y La Paz

El Deber logo
22 de febrero de 2018, 7:00 AM
22 de febrero de 2018, 7:00 AM

Dos años después de la victoria del No en las urnas, todas las regiones del país pararon, marcharon y bloquearon en defensa de su voto, mientras el Gobierno movilizó a sus bases en seis capitales para insistir con la repostulación de Evo Morales amparados en la sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional del 28 de noviembre, que ignoró el voto popular.

La mecha que encendieron un grupo de jóvenes cruceños que el 29 de noviembre cercaron el Comité pro Santa Cruz para exigirle que convoque un paro nacional tardó tres meses en transformarse en realidad y tuvo su epicentro en las capitales del eje: Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba y La Paz. Sin embargo, los paros y bloqueos se reprodujeron en todo el país y alcanzaron contundencia en Tarija, fueron parciales en Trinidad y Sucre, hubo marchas en Cobija, Potosí e incluso Oruro, que está de duelo, se manifestó tratando de no ofender a los dolientes de las tragedias de Carnaval. En total fueron 20 horas de protestas, que se iniciaron a la medianoche de ayer con bloqueos en todas las rotondas del segundo anillo hacia la periferia de Santa Cruz de la Sierra y  terminaron pasadas las 20:00 con una concentración en la plaza de las banderas, de Cochabamba.

Por el lado del Gobierno, se cumplió el guion de las concentraciones en favor de la repostulación en Cochabamba, Tarija, Potosí, Cobija, La Paz y Sucre. Al igual que la noche anterior en Santa Cruz de la Sierra, las actividades se circunscribieron a plazas y sitios icónicos para el masismo. Se reportan eventos masivos en La Paz, Cochabamba y Sucre y movilizaciones más pequeñas en las otras capitales. En Oruro decidieron no movilizarse por el duelo -aunque los opositores bloquearon 15 rotondas, según el reporte del ministro Carlos Romero, y en Beni suspendieron los actos por las inundaciones, aunque ayer se habló de una posible concentración que tendría lugar hoy.

Según el contador de movilizados del ministro Romero, en todo el país protestaron 5.500 personas. Aseguró que en algunas rotondas había solo cinco ciudadanos realizando el bloqueo. Imágenes como las descritas por Romero llegaron, por ejemplo, desde Trinidad, pero incluso con esos números el paro fue acatado.

En Santa Cruz de la Sierra se vio menos cantidad de personas que en el último paro bloqueando rotondas, pero el paro fue total desde las cero horas. En el interior de las unidades vecinales se repitió el bloqueo de calles con movilidades, muebles viejos o algún cachivache del cual el ciudadano quería desprenderse, pero sin tanta presencia vecinal en la mañana. En la tarde, la gente se volvió a apropiar de las calles. 

La jornada de movilizaciones se comenzó a calentar en La Paz. Allí el Gobierno desbloqueó temprano las arterias principales, pero a medida que los ciudadanos y miembros del Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) se fueron apropiando de más calles, los desbloqueos ganaron en violencia. La Policía liberaba calles para el paso de la marcha en favor de Evo Morales, que en algunos sectores de la sede de Gobierno fue abucheada, hecho que causó la molestia de Félix Cárdenas, viceministro de Descolonización, que, ante las críticas de una mujer, terminó bajándole el sombrero en una reacción violenta.

Cuando los gases volaron, uno de los damnificados  fue el hijo de Waldo Albarracín, rector de la UMSA y dirigente del Conade.

También hubo intervención en Santa Cruz de la Sierra. Cuando todo presagiaba un paro sin mayores incidentes, la Policía trató de escoltar un grupo de buses y camiones varados en la ruta al norte. Luego de que los dejaron pasar en algunas intersecciones, una discusión con mujeres y jóvenes en el octavo anillo derivó en gasificación y amago de enfrentamiento. El resultado fue un endurecimiento de los bloqueos. Pronto los puntos de concentración tuvieron más ciudadanos y el ambiente se llenó del humo de las llantas que ardían para limitar el efecto de los posibles gases lacrimógenos. Todo se volvió a pacificar cuando la Policía desistió de su caravana.

Discursos y manifiestos

Hubo tres vertientes de discursos durante la jornada de ayer. La primera vino de las concentraciones evistas, en las que se defendió al presidente como candidato en las elecciones generales de 2019. Eso vino acompañado de descalificaciones a las protestas opositoras.  “Lo que hemos visto en varias ciudades del país es que, con el apoyo de funcionarios de los gobiernos municipales de oposición, realizaron un secuestro colectivo”, dijo Gabriela Montaño, presidenta de la Cámara de Diputados.

A esta crítica se unió Romero. “Mucho ruido y pocas nueces. Mucho anuncio de la oposición y realmente no logró paralizar el país, muy poca gente se ha movilizado de parte de la oposición”, dijo. A ello le sumaron la crítica a la oposición. Montaño dice que el plan de la oposición es desgastar al presidente para que no sea candidato. Pese a ello, la única noticia de la oposición orgánica fue una gasificación sufrida por parlamentarios en la plaza Murillo.

La otra línea de discurso provino de los cívicos. Fernando Cuéllar, presidente del Comité pro Santa Cruz, le pidió al presidente Morales que recapacite y deje de lado su candidatura para 2019 y extendió su solicitud hacia el Órgano Electoral Plurinacional, al que le exigió que no esquive su responsabilidad y haga cumplir el referendo del 21-F.

La tercera vertiente de discursos provino de las plataformas, pero no lograron articular un solo pronunciamiento nacional. Intentado a través de una reunión de representantes celebrada en Cochabamba, al final quedó como una declaración de las plataformas ciudadanas afincadas en La Paz. En la concentración del frontis de la UMSA, hubo concordancia con los cívicos y también pidieron al OEP y a la Asamblea Legislativa respetar la voluntad popular. Luego llamaron a las organizaciones a mantenerse movilizados hasta conseguir que Morales no se postule.

Lo que pretendía ser un llamado a un “cambio de régimen”, terminó en otro pedido de unidad. Al menos en ese punto, los discursos opositores coinciden con los del oficialismo: ambas caras de la moneda creen que en la unión está la fuerza.