Los enormes pilares de paso a desnivel que se construye en la zona protegieron a las personas en el primer hecho

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11 de marzo de 2018, 7:41 AM
11 de marzo de 2018, 7:41 AM

Solos con sus familiares, así transcurre la vida de la señora Cinthia Suárez  y de Emiliano Mirabal, los únicos heridos que siguen internados en el hospital General de la ciudad de Oruro; la señora Cinthia  Suárez perdió parte de la pierna izquierda y tiene esquirlas por todo el cuerpo; mientras que Emiliano Mirabal es una persona de la tercera edad que también perdió parte de su pierna izquierda.

El resto de los más de 50 heridos ya fueron dados de alta y seis de ellos fueron trasladados a  La Paz por la gravedad de sus heridas. Las familias relatan que la ayuda del Gobierno llegó después de la primera semana y que los primeros gastos, los más costosos, fueron pagados desde sus bolsillos y solo después de la primera semana les dieron la atención gratuita.

La señora Cinthia Suárez es una humilde comerciante que desarrolla sus actividades en Oruro, donde vende comida la mayor parte del año y en época de frío, lleva pan hasta Santa Cruz, su atención es delicada porque padece de diabetes y las medicinas son más costosas. Ella reclama por la atención de un otorrinolaringólogo porque su oído izquierdo quedó afectado y no escucha, pero el médico le dijo que le atendería de esa dolencia cuando le den de alta en el hospital y su familia cree que será demasiado tarde, pero no tiene a quién reclamar.

Emiliano Mirabal es un anciano que trabaja como albañil y el 10 de febrero intentaba ganarse un poco de dinero vendiendo latas vacías de cerveza a las recicladoras, pasó por la calle Caro para llegar  a avenida 6 de Agosto y la explosión le voló parte del músculo de la pierna izquierda y ahora trabajan en la reconstrucción, operación que será el martes en Oruro.

Los comerciantes

Richard Velasco y Freddy León son dos comerciantes del lugar, el primero tiene una ferretería en plena esquina de la avenida del Ejército y Backovic, desde entonces las calles están cerradas a la circulación incluso  de personas y el lugar está custodiado por un contingente policial.

Freddy León, vecino, vive una cuadra más arriba, en las calles Caro y Backovic y su inmueble quedó destruido por la onda expansiva, nadie corre con los gastos de reconstrucción, a su lado hay un edificio de cinco pisos con todos los vidrios destruidos.