Bolivia

Evo, por la puerta trasera de la historia

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3 de diciembre de 2017, 20:44 PM
3 de diciembre de 2017, 20:44 PM

La razón por la cual el Gobierno decidió no convocar un nuevo referéndum para modificar la Constitución e intentar habilitar a Evo Morales como candidato es que las autoridades estaban seguras de que volverían a perder, por un margen mayor que el resultado del 21-F. Por eso acudieron al Tribunal Constitucional, en vez de aceptar lo que dice la propia Carta Magna como mecanismo de reforma.

Y si el régimen prefirió evitar un nuevo referéndum es porque tiene menos del 50% de respaldo (como lo demostró el 21-F). Las encuestas ratifican el mal momento del MAS: alrededor del 70% no apoya una nueva candidatura de Morales y este perdería en una eventual segunda vuelta contra Carlos Mesa (y, según una encuesta de ATB, podría perder también contra otro candidato opositor). Otros escenarios establecen que no se debe descartar que Morales sea derrotado incluso en primera vuelta, porque obtendría solo alrededor del 30% de los votos.
Por eso parece un sinsentido de Morales y sus asistentes más cercanos insistir con la candidatura de 2019. Es una candidatura perdidosa. 

Como ya he señalado en ocasiones anteriores, tengo la opinión de que en Bolivia no existe el fraude electoral (en el sentido de contar los votos incorrectamente) y que, si existe, es solo marginal. Por lo tanto, Morales no podrá ganar tampoco por esa vía las elecciones de 2019. 

Si Morales derogó una vez el resultado de unas elecciones nacionales, podrá hacerlo nuevamente en el futuro. Los bolivianos votamos el 21-F, pero ese voto fue anulado por el presidente, en un hecho inédito desde la recuperación de la democracia y con un antecedente en el “Mamertazo” de 1951, cuando Mamerto Urriolagoitia no reconoció las elecciones que había ganado Víctor Paz. Ello dio paso a la Revolución Nacional, un año después.

Y ello coloca al país en una encrucijada de graves consecuencias. ¿Qué ocurrirá en 2019, unos meses antes de las elecciones, cuando las encuestas demuestren, como ahora, que Morales podría perder en la segunda vuelta (o incluso en la primera)? Debido a que el presidente y su círculo más inmediato no creen en la democracia y en la Constitución (lo que se demuestra en la anulación del voto del 21-F y el pedido del fallo al TCP), ante la eventualidad de perder los comicios de 2019, es muy posible que estos sean suspendidos.

Morales no entregará la banda presidencial si pierde. No está en su ADN aceptar que sus rivales pueden ganarle. No lo hará tampoco por otra causa: el temor que él y sus asistentes sienten por las investigaciones que una futura administración desarrollará por los numerosos hechos de corrupción registrados en los últimos años, además de otras violaciones a la ley, como las ejecuciones extrajudiciales del Hotel Las Américas y otras.

O sea que él no dejará el poder de manera pacífica. Por eso la posibilidad de que los comicios sean suspendidos y que se dé un desenlace violento no puede descartarse. También es posible que el MAS convoque una Asamblea Constituyente trucha y que sea ese órgano el que suspenda los comicios.
Nada de eso afianzará a Morales en el poder. Por el contrario, lo debilitará al punto de que, posiblemente, se vea forzado a salir de la historia por la puerta trasera.

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