El jefe de Estado fue recibido por autoridades nacionales que ya se encuentran en la sede de la Corte Internacional de Justicia. El lunes inicia la fase oral del juicio contra Chile

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16 de marzo de 2018, 19:40 PM
16 de marzo de 2018, 19:40 PM

El presidente Evo Morales arribó en el aeropuerto de Rotterdam, Países Bajos, para cumplir una agenda íntegramente marítima en La Haya, sede de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde el lunes iniciará la fase oral del litigio contra Chile.

La máxima autoridad nacional, acompañado por el canciller, Fernando Huanacuni, fue recibido por el embajador de Bolivia ante la ONU y co-agente, Sacha Llorenti, el ministro de Justicia, Héctor Arce, el presidente de la Cámara de Senadores, José Alberto Gonzales, y otras autoridades que ya están en esa región de Europa como parte de la comitiva oficial.

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El primer mandatario arribó procedente de España, donde sostuvo reuniones con el rey Felipe VI, su par, Mariano Rajoy, empresarios privados y políticos de izquierda, entre ellos Pablo Iglesias y José Luis Rodríguez Zapatero, recabando adhesiones a la causa nacional.

Dentro de la agenda del jefe de Estado está una reunión con diplomáticos bolivianos en Europa, con quienes se analizará el escenario post La Haya, además de encuentros con el equipo jurídico para definir algunos detalles que restan antes del inicio de las exposiciones verbales.

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"Esperamos al presidente para la reunión técnica jurídica, bajo sus lineamientos tomaremos decisiones últimas de detalle sobre los alegatos orales", adelantó hace algunas horas el ministro Arce en entrevista con Bolivia TV.

Los equipos jurídicos de Bolivia y Chile estarán frente a frente entre el 19 al 28 de marzo; el país iniciará las audiencias el lunes y martes entre las 05.00 a 08.00, hora boliviana, y proseguirá la vecina nación. Se estima que un veredicto salga entre cuatro a seis meses. 

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La demanda marítima data de 2013. El argumento boliviano es exigir un "diálogo de buena fe" en base a los "compromisos incumplidos" por Chile a lo largo de la historia, mientras que la posición del Gobierno de Sebastián Piñera es que el tema fue zanjado por el Tratado de 1904 y que el país obstaculizó en varias oportunidades la posibilidad de un acuerdo.