El expresidente del Senado José Alberto Gonzales fue designado embajador ante la OEA. El primer mandatario lo anunció ayer y aseguró que, al igual que el cambio de canciller, forma parte de la táctica por la demanda marítima

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6 de septiembre de 2018, 4:00 AM
6 de septiembre de 2018, 4:00 AM

Ante un grupo de periodistas en la Casa Grande del Pueblo, el presidente Evo Morales abrió el juego para tratar de alejar cualquier sombra de una crisis interna en su partido. Anunció la designación del expresidente del Senado José Alberto Gonzales como embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y aseguró que ese movimiento, al igual que la decisión de nombrar canciller al exrepresentante de Bolivia en ese organismo Diego Pary, forma parte de la estrategia ‘pos-La Haya’.

En menos de un mes, dos piezas clave de su entorno político dejaron sus cargos y esa situación abrió el debate sobre si había una crisis en el oficialismo.

Durante una entrevista con EL DEBER, el domingo último, cuando se le preguntó sobre la tensión en el frente interno, Morales admitió que “hay intereses personales” dentro del MAS. “Es su derecho, quieren proyectarse, pero finalmente el pueblo es el que va a decidir”, aseguró.

En noviembre del año pasado, el vicepresidente Álvaro García Linera dijo, en otra entrevista con este medio, que siempre hubo visiones distintas dentro de su partido, pero que el frente interno no le preocupaba.

Las visiones antagónicas no son un secreto dentro del Gobierno. De hecho, en una entrevista tras abandonar su despacho, Fernando Huanacuni, excanciller, volvió a poner el tema en el tapete. Contó que respeta el proceso de pensar comunista-marxista, pero difiere con su metodología de lucha. Se declaró “fiel servidor del proceso de cambio indígena aimara. No soy marxista ni comunista”. Así, se alineó con la corriente más indigenista, pese a que tampoco es del ‘riñón’ de David Choquehuanca, la cabeza del ala ‘pachamámica’ del MAS.

Sobre su gestión se cernieron una serie de dudas. Además de denuncias de corrupción, sobre las que él mismo señaló que se investigan en “las instancias que corresponden”, se le atribuyeron errores relacionados con una mala gestión de Unasur, un estancamiento en las relaciones con Perú, la contrademanda con Chile por las aguas del Silala –que no habría tenido la repercusión esperada– y una participación intrascendente en el Consejo de Defensa de las Naciones Unidas.

Su alejamiento, por estos antecedentes, no fue ninguna sorpresa. No sucedió lo mismo con la intempestiva renuncia de ‘Gringo’ Gonzales, que el 14 de agosto sorprendió incluso a la bancada oficialista.

Tras su salida, se tejieron una serie de conjeturas relacionadas con un desgaste que hubiera tenido su relación con el Ejecutivo por su postura con relación al juicio de responsabilidades contra el expresidente Carlos de Mesa por el caso Quiborax, la negociación que protagonizó con la Universidad Pública de El Alto y ausencias en actos gubernamentales del 6 y 8 de agosto.

La exautoridad, ahora embajador ante la OEA, nunca ocultó que más que un militante del MAS es fiel seguidor de la figura del presidente Evo Morales.

En su conferencia de prensa, el primer mandatario se enfrentó a las interrogantes de los periodistas, una vez más, sobre qué ocurre en el frente interno del MAS y en qué medida eso influyó en las dos salidas recientes. En ese marco, aludió al tema marítimo para convertir la crisis en una estrategia.

Tiempo ‘pos-La Haya’

“La política chilena es dilatoria”, se quejó el presidente Morales, al recordar las propuestas de los más recientes gobiernos de ese país que propusieron una solución con salida al mar, y cuando el diálogo estaba avanzado, retrocedieron.

Minutos antes, en su conferencia, Morales había escuchado y anotado las preguntas de todos los periodistas. Se refería al proceso que lleva adelante Bolivia contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya y entonces se dirigió al periodista que le consultó sobre las causas de la salida de Gonzales y de Huanacuni. “Solo quiero decirles que los cambios que estamos haciendo acá, justamente, son con miras (al proceso) ‘post-La Haya’. Quiero aprovechar esta oportunidad, hoy ya mandé al Senado, el hermano Gringo Gonzales se va a ir de embajador a la OEA”, anunció.

Morales dijo que tiene la obligación de jugar, de mover fichas, para estar preparado. “Puedo comentarles mucho más todavía, pero no siempre lo haré por razones de seguridad del Estado”, añadió. No se detuvo a explicar cuál sería la misión específica del expresidente del Senado en un eventual escenario ‘pos-La Haya’ desde la OEA.

Un día antes, en la posesión de Pary, el presidente señaló que el cambio en la Cancillería obedecía “a los nuevos tiempos” y se efectuó para que el servicio exterior atienda “los nuevos desafíos” que tiene Bolivia, reseñó la agencia EFE.

“Siempre habrá esta clase de cambios urgentes, necesarios. A veces serán como enroque, porque es una obligación adecuarnos a tiempos que vivimos en Bolivia”, indicó.

La mayoría de los asistentes interpretó que Huanacuni era el elegido para ir a la OEA, pero ayer se clarificó todo. El presidente se refería a Gonzales.

El senador opositor Óscar Ortiz hizo notar que no es poca cosa que en las últimas semanas se hubiera cambiado al jefe del gabinete y al presidente del Senado, que es el tercer hombre del Estado. “Por eso creo que el Gobierno incurre en demasiadas incoherencias en la política exterior y es una lástima que el profesionalismo que se ve en el equipo de abogados que se contrató para la demanda, no se lo vea en el manejo de la política exterior incluso para esta causa”, dijo el senador opositor.

Su colega del MAS, Efraín Chambi, respondió que no hay ninguna crisis en el interior del MAS. “Es un instrumento político en el que la unidad es fundamental y se basa en la permanente construcción colectiva de los sectores sociales, mientras que la conformación del gabinete es un tema de alto nivel, a cargo del presidente. Lo demás es una visión de la oposición que definitivamente no compartimos”, explicó.

Esto sucede mientras la tensión con Chile sube de tono otra vez. Tras la suspensión de la reunión de la Comisión de Fronteras que debía realizarse en Bolivia entre ayer y hoy, y a la que estaba previsto que asistiera la abogada Ximena Fuentes, agente chilena ante La Haya por el caso Silala, el presidente Morales contraatacó y exigió a Chile aclarar por escrito esa decisión.

“A mí me sorprendió la suspensión y hemos pedido al nuevo canciller (Diego Pary) que las autoridades chilenas puedan aclarar las causas, porque llegó un documento (procedente de Chile) con falsedades para suspender la reunión de estos días”, manifestó el presidente Morales en rueda de prensa.