La gasolina se vende en botellas hasta en Bs 20 el litro. Hortalizas como el haba y el tomate se ofertan entre Bs 18 y 20 el kilo. El botellón de gas está en Bs 35. Se espera la llegada de más camiones cisterna para la provincia Ballivián, de Beni

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10 de febrero de 2019, 5:00 AM
10 de febrero de 2019, 5:00 AM

En las calles de Rurrenabaque, San Borja, Reyes y Santa Ana, los municipios benianos afectados por las riadas del pasado fin de semana, el tema de conversación refleja la preocupación de sus habitantes: no hay gasolina y la que llegó no satisfizo la demanda.

Tampoco hay gas suficiente y las verduras, que según los comerciantes están llegando desde La Paz en avión, se han encarecido tanto que prácticamente es un lujo consumirlas. “El kilo de tomate estaba en Bs 18, pero ayer llegó a 20. Las habas están en 30 bolivianos”, dice Ervin Serato, vecino de ‘Rurre’.

Por ello, estos días el plátano, el arroz y la yuca son los alimentos más consumidos en esta pequeña urbe de 20.000 habitantes, que vive principalmente del turismo y la pesca. La tarde del viernes llegó un camión cisterna con gasolina, un alivio para los transportistas (en su mayoría mototaxistas), que en días pasados llegaron a comprar dos litros hasta en Bs 30.

El alcalde Anacleto Dávalos explicó que también llegaron 600 garrafas y ayer se esperaba 12.000 litros de gasolina más, así como 24.000 litros de diésel. “En San Borja no hay gasolina, tampoco gas. Ayer (por el viernes) llegaron 250 garrafas y para hoy se anunció que llegarían otras 700, pero no abastecen.

En la plaza la gente está parada pese al fuerte sol, esperando”, cuenta Pablo Arias, encargado de relaciones públicas del municipio. En el lugar, cuya principal fuente de ingresos es la ganadería, se racionó el servicio de energía eléctrica, “porque cayeron dos torres y solo están dando luz por horas, priorizando los bancos, los barrios y el hospital”.

La situación no es diferente en Reyes ni en Santa Rosa. Los botellones de GLP se están vendiendo en Bs 35, excepto en Rurrenabaque, donde llegó una provisión que fue vendida por el Ejército en el precio oficial, que es Bs 22,50. Una fuente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) dijo a EL DEBER e que hay la “orden estricta” de no vender carburantes en bidones.

Sin embargo, los especuladores se dan modos para comprar ‘al raleo’ y ofrecerlo clandestinamente. “Están vendiendo en las casas, clarito ponen una botella en la puerta”, aseguró un mototaxista.

En Reyes, la preocupación pasa también porque muchos de los habitantes de las comunidades prefirieron quedarse en su lugar de origen y a varias de ellas no se pudo acceder debido a que las aguas no bajaron lo suficiente.

Su alcalde, José Roca, manifestó que, además de los víveres que se envió, se incluyó garrafas. En tanto, a 251 kilómetros de ‘Rurre’, en Caranavi (La Paz) ayer hubo cierto alivio de parte de los moradores, porque al habilitarse la vía que estaba cortada empezaron a pasar tanto combustibles como alimentos básicos.

Hugo Flor Huaranca, un vecino del lugar, contó que se restablecieron los viajes hacia la sede de Gobierno “con precaución”, pero no así hacia el lado de Beni. “El viaje se hace en tres horas y media, y como la zona del derrumbe no es grande, me dijeron que no ha variado ese tiempo”.

El pasado fin de semana, en el sector Puente Armas, hubo dos derrumbes que sepultaron motorizados con personas dentro. Como consecuencia, la ruta se cortó y gran parte de Beni quedó incomunicado por esa vía. En el caso de la provincia Ballivián, se provee desde la sede de Gobierno no solo hortalizas y frutas, sino también gaseosas, por ejemplo. Desde Rurrenabaque, cruzando el río Beni, esa misma mercadería llega a San Buenaventura (La Paz) e Ixiamas.

Por ello, varias víctimas del suceso eran comerciantes que viajaban con sus productos a distintos municipios benianos. “Yo arrojé mis cajas de frutas al río, qué me importó. En el río se oía a los pollos, porque mucha gente también los arrojó”, contó hace unos días Rebeca, vendedora mayorista de frutas y verduras. Ayer familiares de las personas desaparecidas continuaban la búsqueda junto a rescatistas del grupo SAR. Trabajaron hasta muy entrada la tarde.

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