Unos delincuentes la botaron desde un puente para robarle un celular. Hace un año que está postrada en una clínica y no puede ver a su hijo

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27 de noviembre de 2017, 9:07 AM
27 de noviembre de 2017, 9:07 AM

Nieves María Lizarazú Cabrera, una boliviana de 29 años que había decido migrar a Argentina para buscar mejores condiciones de vida, lleva casi un año internada en un hospital de ese país y ha perdido casi toda la movilidad del cuerpo.

El 2 de diciembre del año pasado, Nieves fue asaltada por dos hombres cuando cruzaba un puente peatonal en el barrio bonaerense de Liniers. Los sujetos intentaban llevarse su celular y al encontrar resistencia la lanzaron desde lo alto de la estructura. 

Uno de los atacantes era también un migrante boliviano, identificado como Claudio Elías García, el otro de nacionalidad uruguaya, fichado como Vaciando Ávila Pérez. Ambos fueron arrestados poco después del hecho.

Nieves pasó tres meses en terapia intensiva y estuvo al borde de la muerte. Luego logró restablecer a medias su salud, había quedado con vida pero las múltiples fracturas (una de ellas cervical) la dejaron con las piernas y los dedos de las manos sin movimiento. 

La tragedia cambió la vida de su familia, su madre tuvo que trasladarse a Argentina para cuidarla. Pero el más afectado es su pequeño hijo, que este año empezó el kinder en Oruro, ciudad natal de Nieves, y al que no volvió a ver más desde que sucedió todo.   

“A fines de enero tenía que regresar (a Bolivia), porque el bebé estaba allá en Oruro, por empezar el kinder y ella tenía que cuidarlo. Pero le pasó esto”, comentó Julia Cabrera, madre de Nieves al diario Clarín. 

Julia ayuda a su hija en todas las tareas básicas: comer e  higienizarse. No tienen ayuda económica, psicológica ni legal de ningún tipo. Desde que sucedió la tragedia ni autoridades argentinas ni de la Embajada de Bolivia les han dado una mano. 

“No se sabe cuándo la vamos a poder llevar, ella no puede moverse. Solo los brazos, los dedos tampoco los puede mover. Necesita ayuda, al principio ni comía, poco a poco empezó a poder. Yo tengo seis hijos, con mi nieto son siete a mi cargo. Quedaron todos con mi esposo, viven en mi casa”, dice Julia al diario Clarin.