El paro fue total en la mayor parte de la ciudad. Los vecinos salieron a bloquear calle por calle. En algunas rotondas hubo exceso de bebidas. El Comité proyecta denuncia internacional y un revocatorio para asambleístas. El Gobierno no unifica su visión sobre la movilización

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13 de enero de 2018, 6:00 AM
13 de enero de 2018, 6:00 AM

Lo convocó el Comité pro Santa Cruz, pero fue el ciudadano, el que no pertenece a una comparsa o a una fraternidad, el que hizo exitoso al paro cívico. Casi toda la ciudad de Santa Cruz de la Sierra paró. Las calles fueron tomadas por niños y grandes que la utilizaron como ciclovías, canchas de fútbol y espacios para hacer churrasco.

Las rotondas de toda la ciudad quedaron tomadas desde la medianoche de ayer por comparseros y fraternos, pero fue el vecino de cada barrio el que se encargó de atravesar un auto, un mueble viejo o una cinta de plástico para hacer que todos acaten el paro. Fue tan fuerte la decisión ciudadana de parar que los pases de circulación distribuidos por el Comité no sirvieron de salvoconductos.

“Aquí no hay nadie del comité. Somos vecinos y no pasa nadie”, decían en un bloqueo cercano a Viru Viru.

En medio de una ciudad detenida, el Código Penal pasó a segundo plano y la vigencia del voto del referendo del 21-F cobró protagonismo. El mensaje que los movilizados quisieron enviar a Evo Morales fue que no se repostule en 2019. 

Cuando se levantó el paro, la agenda no avanzó demasiado. El Comité se ratificó en su intención de realizar una demanda internacional para revertir el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional, que permite al presidente y a otras autoridades repostularse, y  para incluir la demanda de abrogación del Código Penal, planteó la revocatoria de mandato para los asambleístas plurinacionales que representan a Santa Cruz y aprobaron la Ley 1005. 

Desde el Gobierno no hubo una sola voz ni una sola postura. Mientras el vicepresidente, Álvaro García Linera, pedía a las bases fieles al Gobierno movilizarse para defender a Evo Morales, la ministra de Comunicación, Gísela López, responsabilizaba al gobernador Rubén Costas por la movilización. Hubo funcionarios, como el director de Autonomías de Santa Cruz, Pablo Deheza, que vio a las logias detrás del éxito del paro y una mirada más serena del ministro de Gobierno, Carlos Romero, que reconoció el carácter democrático de la movilización, aunque dice que es política y no cívica, que fue significativa frente a los paros en otros departamentos, pero que también tiene ribetes racistas.

El paro
Los cruceños no esperaron a que amanezca para detener la ciudad. A la medianoche centenares de jóvenes tomaron las rotondas y las bloquearon. Solo podían circular caravanas de camiones que llevaban a más jóvenes para reforzar bloqueos. Para las 3:00, ya había algunos borrachos y otros que detonaban cohetes, molestando a vecinos. Por la mañana, hubo relevo de bloqueadores y el ambiente se volvió más amigable. Eso sí, casi nadie lograba pasar los puntos de bloqueos.

Ni siquiera los miembros de la Asociación Cruceña de Comparsas. 

Pero el verdadero paro no se vivió en las avenidas, sino dentro de las unidades vecinales, donde el pueblo que no fue movido por fraternidades ni comparsas hizo propia la protesta y cerró su calle, salió a su vereda a disfrutar el día vigilando el juego de sus hijos. 

La gente salió a las calles e hizo el paro aún más contundente. Foto: Jorge Uechi

Al mediodía la ciudad comenzó a oler a churrasco con limón, se bañó de un sol impiadoso y cierto aire triunfalista, de confianza de que la protesta iba a ser escuchada.

El paro tuvo sus damnificados. Sobre todo los que se iban o llegaban a la ciudad por vía aérea. Pese a que el Comité había asegurado que había tránsito libre hacia Viru Viru, los bloqueos convirtieron los viajes en una odisea.

Y ahí ganaron los pescadores. A Guillermo, un consultor argentino que regresaba a Buenos Aires, le quisieron cobrar Bs 150 para llevarlo desde Playland Park hasta el aeropuerto. No los pagó. A Mauro y a Karina, dos benianos que volvían derrotados de España tras buscar mejores condiciones de vida por dos años, les sacaron Bs 50 para acercarlos desde el aeropuerto hasta la carretera al norte, luego tuvieron que caminar hasta la ciudad.

El posparo

Cuando llegó el tiempo de los discursos y de los análisis, Fernando Cuéllar, presidente del Comité, habló de vigilia permanente y de responder con movilizaciones a los  “abusos” del Gobierno central. Lo concreto fue la ratificación de la denuncia internacional y el pedido de revocatorio para los diputados y senadores “que le dieron la espalda al voto del pueblo”, algo que llevará una recolección de firmas por cada representante y un trámite ante el Tribunal Electoral y la misma Asamblea Legislativa. 

Desde el poder local, Vladimir Peña, vocero de Rubén Costas, contradijo a la ministra López y reconoció que el paro fue exitoso por la vocación de los ciudadanos y una convocatoria acertada de los cívicos. Añadió que la medida había sido contundente en las 15 provincias, no solo en la ciudad capital. La Alcaldía no emitió comentario sobre el desarrollo del paro. A la polifonía del Gobierno central se sumó el viceministro Hugo Siles, que en su cuenta de Facebook  escribió, entre otras cosas, que “la amenaza, la presión y la violencia ejercida a través de medios y redes sociales finalmente ocasionaron que mucha gente se quede en sus casas”. Retó a convocar un paro en el que el ciudadano decida si se queda en su casa o sale a trabajar. 

El presidente del comité, Fernando Cuéllar, durante su recorrido. Foto: Hernán Virgo


Tras dos jornadas en las que las movilizaciones en Santa Cruz mostraron contundencia, otras regiones se contagiaron. En Trinidad hubo una marcha masiva, encabezada por el exgobernador Ernesto Suárez, y Cochabamba, que viene de un paro fallido, ensayará el martes si puede igualar la movilización cruceña.

El vicepresidente pide a los militantes del MAS convertir la rabia en estrategia
“Nuevamente estamos siendo agredidos por un ataque político de la derecha, qué está pasando en Bolivia, nuevamente hay una agresión de las fuerzas políticas contra ustedes, contra el campesino, el indígena, la mujer, el transportista, el joven”, dijo el vicepresidente, Álvaro García Linera, en el congreso de la Federación de Mujeres de Carrasco Tropical, en Cochabamba.

El compañero de fórmula de Evo aseguró que las protestas, que se han repetido durante toda la semana en el país, no son contra el Código Penal, sino contra el presidente. Dijo que los políticos manipularon a los médicos para enfrentar al pueblo y que, pese a que el Gobierno les concedió sus demandas, continúan con sus movilizaciones.  

Luego de mostrarle los cánticos racistas contra el mandatario, García Linera convocó a sus bases a enfrentar “igual que en 2008” a sus adversarios. “Hay que convertir la rabia en estrategia”, “mantener la unidad que nos ha dado la victoria”, les aconsejó.
En 2008 se dio lo que García Linera llama bifurcación, el fin del empate catastrófico que describe como la derrota electoral y militar de los adversarios del Gobierno. 

“Si tenemos que volver a marchar para defender el proceso, hay que hacerlo, porque a la derecha se los derrota en las calles. Va a ser el pueblo en las urnas, en las calles, que nuevamente va a derrotar a estos racistas, a estos fascistas", arengó el ladero de Morales.

Las claves del éxito del paro

Proceso de acumulación

A principios de diciembre el Comité pro Santa Cruz no se sentía con la fuerza suficiente para llamar a un paro que le fue exigido por los jóvenes. La protesta de los médicos asfaltó el camino para hacerlo viable.

La marcha del jueves
Seis mujeres convocaron la movilización más grande que ha visto Santa Cruz desde los cabildos solo a través de WhatsApp. El éxito de la marcha de promociones unidas sirvió de impulso al paro cívico. 

Convicción vecinal
Más allá de que los comparseros y fraternos hayan reemplazado a la Unión Juvenil Cruceñista en su rol bloqueador, el vecino común, sin afiliación, se movilizó dentro de su barrio para hacer respetar la medida. 

Ir más allá de los políticos
El paro no fue una imposición de la cúpula empresarial ni de intereses políticos, como sucedía hace 10 años. Fue empujado por la población que se opone a la repostulación de Evo Morales, pese a al buena relación del empresariado y de parte de la política local con el Gobierno central. 

Quejas por irrupción en San francisco
"El hecho de ser anfitriones de un evento como el Dakar no justifica la represión", aseveró ayer la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) frente a la acción de la Policía boliviana contra el bloqueo del jueves en La Paz.  Cuando se desarrollaba una protesta contra el Código del Sistema Penal y la repostulación de Evo Morales, policías gasificaron, arrestaron e irrumpieron en la basílica de San Francisco.  

“Una vez más llamamos a las autoridades del Gobierno a escuchar estas voces con respeto y actuar con racionalidad, así como no responder a esos masivos pedidos con la fuerza, que nunca resuelve nada", señala el clero.
Añade que el ingreso por la fuerza al templo “es más grave” por tratarse de un lugar sagrado y protegido como patrimonio cultural religioso. Recordaron que, de acuerdo a la CPE, el pueblo tiene derecho a manifestarse.