El informe forense dice que la pareja murió el 23 de diciembre, mientras que el niño en Navidad. La Policía Federal, Interpol y la Policía Boliviana buscan a Gustavo Vargas 

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10 de enero de 2019, 9:16 AM
10 de enero de 2019, 9:16 AM

El relato del crimen es dantesco. Gustavo Vargas Arias, que asesinó y mutiló a una familia de bolivianos en Brasil, mantuvo con vida por dos días al hijo de la pareja, de acuerdo al informe forense al que accedió la familia.

Jesús Reynaldo Condori Sanizo (39) e Irma Morante Sanizo (38) perdieron la vida el 23 de diciembre, mientras que el niño Gian Abner (8) recién el 25, día de Navidad. No se logró establecer si el menor presenció la muerte de sus progenitores.

"Los forenses nos dijeron que mi hermana y mi hermano fallecieron el 23 de diciembre y mi sobrino el 25, no sabemos qué habrá sucedido con él. Vecinos nos dijeron que el niño estaba en manos del asesino, dos días lo estaba manejando", relató Gladys, hermana de Irma, en entrevista con Cadena A.

Los datos de la Policía Militar indican que los cuerpos fueron encontrados dentro de bolsas de basura en maletas, en el baño de una vivienda alquilada por el autor del macabro hecho en el municipio de Itaquaquecetuba.

Relato de los familiares:

"Aquí está su mamá y sus hermanos, tiene familia aquí, por eso piensan que ha podido ingresar a Bolivia, pero también nos dicen que lo han visto en Minas Gerais, otro estado de Brasil. Las personas nos están colaborando con la búsqueda. Mi sobrino no tenía nada que ver en los conflictos que había", relató Sergio, otro de los hermanos.

Los familiares y amigos de las víctimas iniciaron una intensa campaña en redes sociales para lograr encontrar a Gustavo Vargas Arias, quien era trabajador y era esposo de una de las hermanas de Irma. La Policía Federal, Interpol y la Policía Boliviana también rastrean su ubicación.

Los hermanos coordinan un viaje a Brasil para  cremar los restos de la familia y repatriarlos a Bolivia. Solicitan ayuda al Gobierno para cumplir con los trámites y que se pueda esclarecer el hecho de sangre. 

"Habían roses entre ellos, vivían en la misma casa. Después, el 17 de diciembre se fueron a otra casa. Ellos les dieron trabajo, los habían ayudado. El problema era por los niños, que mucho peleaban, eso nos dijeron", agregó Erika, otra hermana, aunque también se cree que el crimen pudo estar relacionado a intereses económicos.