Unas 300 personas irrumpieron en el acto cívico. Se usó gas pimienta y el gobernador Iván Canelas se retiró del palco oficial

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15 de septiembre de 2018, 4:00 AM
15 de septiembre de 2018, 4:00 AM

La ausencia del presiente Evo Morales, gasificaciones, forcejeos entre la Policía y las plataformas ciudadanas que defienden el 21-F, marcaron ayer el desfile cívico militar en conmemoración de los 208 años de la gesta libertaria de Cochabamba, hasta ahora una plaza política del MAS

Aunque la opción por el Sí para un nuevo mandato de Morales ganó en Cochabamba con el 54, 89% en el referéndum de 2016, el presidente no participó de ninguno de los actos oficiales celebrados entre el miércoles y jueves en Cercado.

Ayer, el gobernador Iván Canelas y la alcaldesa Karen Suárez encabezaron la ofrenda floral al monumento de Esteban Arze en la mañana y el desfile central de la tarde. Sin embargo, desarrollaron por separado la misa interreligiosa celebrada en la Gobernación con la presencia del vicepresidente Álvaro García Linera y el tradicional tedeum en la Catedral Metropolitana.

Morales se limitó a entregar obras y mantener reuniones con autoridades locales para gestionar proyectos de Mi Riego en el interior de Cochabamba. La actitud del primer mandatario despertó críticas entre legisladores nacionales y departamentales que atribuyeron su ausencia a un “temor” por el 21-F.

El miércoles, la asambleísta departamental de Cochabamba Lizeth Beramendi y su par de La Paz Claudia Bravo fueron agredidas físicamente por asambleístas y diputadas del MAS, que las obligaron a retirarse de la sesión de honor realizada en el centro de convenciones El Portal.

Beramendi denunció que los incidentes se trasladaron al desfile de ayer, porque los colectivos fueron gasificados cuando intentaron ingresar al recorrido en inmediaciones de la plazuela Colón. La versión fue confirmada por la activista Jeny Clavera y el miembro del colectivo Bolivia dijo No, Julio Castro.

“La Policía ejerció represión sobre nosotros, tuvimos que rebasarlos y fuimos gasificados, pero no han logrado bloquearnos”, precisó Clavera.

Detalló que un grupo de simpatizantes del MAS atacó a la columna conformada por 300 personas que pretendía participar del desfile con banderas, amplificación y pancartas en contra de la reelección de Morales.

También señaló que los militantes oficialistas se instalaron en los asientos ubicados en inmediaciones de la plazuela Colón y El Prado, con el objetivo de bloquear el ingreso de los manifestantes.

En el mismo lugar, un grupo de al menos cinco policías y personas que portaban banderas en apoyo al presidente Morales impidieron el ingreso de un periodista de EL DEBER, quien tras una discusión logró atravesar esa barrera. “Nos han gasificado, no les importaba que hubiera señoras, no les ha importado que había niños, creo que es el inicio de la represión, pero el pueblo no tiene miedo, ha marchado y se va a movilizar”, añadió el activista Castro.

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