Ruddy Sandoval hizo mirar hacia atrás y ver que muchos procesos de tráfico de drogas y corrupción tienen alguna relación de actores entre sí. Este nuevo personaje es buscado por los agentes de la Felcn

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12 de mayo de 2019, 8:00 AM
12 de mayo de 2019, 8:00 AM

A finales de noviembre de 2010 fueron detenidos dos policías (el exteniente Julio René Navia Gorena y el coronel Arturo René Navia Arancibia) y una docena de supuestos narcotraficantes, entre los que había extranjeros sindicados de sicarios y exmiembros de un cartel narco colombiano.

Este hecho fue conocido como el ‘caso Navia’ y, desde allí, algunos de sus integrantes comenzaron a ser parte de las piezas de un gran rompecabezas que la semana pasada, tras la divulgación de informes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), ancló una ficha con el caso de Pedro Montenegro Paz, el hombre requerido por Brasil que es sindicado de ser parte de una organización internacional de traficantes de droga que cayó en Italia y que fue desarticulada en suelo brasileño.

Pero ¿cómo un caso ocurrido en 2010 y que aún está en juicio oral, puede tener alguna conexión con Montenegro? Resulta que de las pesquisas de los agentes antinarcóticos, apareció el nombre de Ruddy Sandoval Suárez, un joven de aproximadamente 35 años, que aparece en fotografías junto al exteniente Julio René Navia, que sería amigo del excapitán de Policía Fernando Moreira y que recibió un agradecimiento por sus servicios a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), de manos del excoronel Gonzalo Medina, con quien también se fotografió.

Además de estos datos, que la Felcn ya tiene consolidados, el nombre de Sandoval Suárez aparece en otro caso cercano, el proceso donde implican a la esposa de Moreira, Esther Arteaga, en un juicio por tráfico de sustancias controladas y que está en manos del Tribunal de Sentencia 11, que fijó audiencia para el miércoles 15 de mayo.

Datos extraoficiales de gente cercana a la investigación del caso Sandoval Suárez, lo ubican como un nexo entre un grupo de policías corruptos, principalmente implicados en el volteo de droga y armas a traficantes, y que además se daba una vida de muchos lujos y excesos que, incluso, habrían quedado reflejados en algunos discos de orquestas locales que le mandaban saludos durante las grabaciones de sus temas, ya que eran contratadas de forma frecuente por este personaje.

Otro nexo entre el caso Montenegro con el caso Navia, es su supuesta función como intermediario de los agentes corruptos para la venta de cocaína y armas.

Sandoval Suárez ya estuvo preso en el penal de Palmasola, por otros delitos y sus antecedentes indican que fue implicado en al menos tres causas (estafa, manipulación informática y tráfico de sustancias controladas). Incluso en uno de estos hechos, aparece en la misma lista de acusados que Hardy Gómez, el reo que asesinó a un joven en Las Cruces (zona del Urubó) y que fue victimado brutalmente en el penal de Chonchocoro, poco después del crimen de Víctor Hugo Escobar ‘Oti’, con quien supuestamente tenía pugnas de poder por el control del reclusorio.

El puente

Los datos que arrojaron las pesquisas de la Felcn con respecto al nexo entre Sandoval y Navia, permiten ver en retrospectiva y verificar que la droga, los malos policías y los administradores de justicia corruptos son el común denominador en al menos una docena de casos, a lo largo de nueve años.

Por ejemplo, el caso Navia permitió visualizar un proceso que se abrió en 2011 y que fue extinguido en 2014, donde una modelo ubicó la presencia en el país de John Wilson Diaz, un narcotraficante colombiano que es buscado internacionalmente por su vinculación con el hallazgo de un cargamento de casi una tonelada de cocaína, que cayó en Barcelona (España), y que implicó a los hijos de un jefe militar argentino en la época de Carlos Menem.

Este extranjero, terminó complicando al alcalde de Warnes, Mario Cronenbold, que estuvo preso en Palmasola por un cheque que emitió en favor de Diaz por un negocio con su compatriota, Claudia Liliana Rodríguez Espitia y que la autoridad edil cobró en 2010. Sin embargo, esa causa fue extinguida por falta de elementos probatorios, aunque el hecho quedó marcado y, una vez más, apareció el colombiano implicado con las drogas.

Luego, se supo que Rodríguez Espitia era empleada de Jacob Ostreicher, prófugo del país en un caso de lavado de dinero narco, y que la mujer había hecho negocios con Diaz y Maximiliano Dorado, un brasileño preso en su país por tráfico de drogas.

La lista de hechos siguió y del caso Ostreicher nació el caso extorsión, donde jueces, abogados, fiscales y funcionarios del Gobierno, cayeron en un proceso que tiene sentenciados y gente que pelea en juicio su inocencia, algo similar a lo que hoy se vive.

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