Dice que ni siquiera pudo enterrar a su hijo por el asedio de la Policía en el sector. Suman tres muertos producto de las labores de erradicación de coca excedentaria

El Deber logo
29 de agosto de 2018, 17:14 PM
29 de agosto de 2018, 17:14 PM

Freddy Quispe, ejecutivo de los productores de la hoja de coca en La Asunta, clama para que una comisión interinstitucional humanitaria y periodistas lleguen hasta ese municipio de Sud Yungas, del departamento de La Paz, para constatar la situación que se vive. 

El dirigente, que entre sollozos relata que ni siquiera pudo enterrar a su hijo de 10 años, cuyo cadáver apareció ayer, tras ser arrastrado por el río, niega por completo la existencia de "grupos irregulares armados" que resistan la erradicación de la hoja verde excedentaria.

"Nuestros hermanos no están armados. Que vengan a averiguar cuál es la verdad, solo queremos justicia para nuestros hermanos que han sido acribillados como criminales. No han tenido sentimiento los que han disparado", declaró el representante en contacto con radio Erbol.

Contrario a la versión oficial de la Policía Boliviana, Quispe sostiene que fueron los efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) quienes emboscaron una vigilia que se encontraba en el sector del puente San Antonio, lugar donde la pasada semana resultaron heridos siete uniformados y un teniente falleció por impacto de bala.

"Esperemos que no lleguen a mayores, yo como dirigente he sido sobrepasado por las bases. Yo pido a la Policía que se retire del sector. Nadie va a aguantar que se mate así a sus compañeros. Ni siquiera me han dejado enterrar a mi hijo", contó dramáticamente el ejecutivo. 

Explicó que "han utilizado armas que nosotros no conocemos, eran armas de guerra, como en las películas" y reiteró su pedido para que "derechos humanos bajen, que puedan ver en qué lugar se ha registrado eso. Le han disparado en la cabeza a nuestro hermano, hemos visto cómo lo han arrastrado", lamentó.