El ‘clima país’ tiene resultados dispares: por un lado la mayoría cree que el país va por mal camino, pero por otro lado hay optimismo en la economía personal y nacional

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23 de julio de 2019, 4:00 AM
23 de julio de 2019, 4:00 AM

La campaña electoral comienza con un ‘clima país’ parcialmente nublado, en el que los bolivianos creen que el país y la política van por mal camino, pero son optimistas sobre su situación económica, confían en un mejor futuro y la aprobación de la gestión de Evo Morales es del 49%, cuatro puntos más que su desaprobación.

Para el Gobierno, estos datos son buenos, tomando en cuenta que van más de 13 años de gestión y el contexto de los presidentes vecinos, mientras que para los opositores son una muestra de que el país ya está cansado del Gobierno del MAS.

El estudio de opinión realizado por CiesMori para EL DEBER (2.015 entrevistas con alcance campo-ciudad en todo el país y un margen de error de 2,2%) establece que la aprobación de la gestión del presidente es menor en las ciudades capitales que en los núcleos intermedios y ciudades pequeñas.

Los márgenes de aprobación se estrechan aún más cuando la pregunta cambia a “gestión de Gobierno”. Ahí de un 47% de aprobación frente a un 46% de rechazo, un “empate técnico”, tomando en cuenta el margen de error de la encuesta.

Geografía política

Al igual que sucede con la intención de voto del presidente Morales para las elecciones de octubre, sus núcleos de aprobación se encuentran en Cochabamba, Pando, La Paz y Potosí, mientras que sus nichos de rechazo están en Chuquisaca, Santa Cruz y Tarija.

Los niveles de satisfacción con la gestión gubernamental están entre los jóvenes de 18 a 25 años con un nivel de formación de técnico para abajo.

Las clases populares, sin profesionalización, siguen siendo la fuente del voto duro de Evo Morales. Los más insatisfechos con su forma de gobernar el país son los hombres, profesionales entre 25 y 35 años.

Entre los que tienen formación profesional, la reprobación a la gestión del presidente trepa hasta el 62% y solo un 33% la respalda. Después de muchos años de estabilidad, un tercio de los bolivianos ve la situación política del país como mala y un 52% cree que el país va por mal camino. Este pesimismo general se afinca en las ciudades capitales más El Alto, pero sobre todo en el oriente y sur del país.

Sin embargo, cuando las preguntas dejan el campo general y se basan en la percepción personal, la situación se matiza: cuando se le consultó a los encuestados cómo les había ido en el último año, un 48% respondió bien o muy bien. A un 32% le fue regular y solo un 19% respondió mal o muy mal.

Cuando se les pidió que calificaran la situación económica del país en el último año, el 40% respondió buena o muy buena, el 27% la calificó de regular, mientras que para el 31% es mala o muy mala.

Este indicador trepa hasta el 38% en Santa Cruz, la más alta de todo el país. Cuando se mira hacia el futuro, el optimismo crece. Un 45% cree que la situación política mejorará, mientras que un 25% cree que empeorará.

Hay un 22% de incertidumbre y solo un 8% que piensa que todo seguirá igual. Cuando se le consulta sobre la situación de la economía familiar, al 53% le ha ido algo o mucho mejor en los últimos 12 meses, al 21% le va igual y al 26% le va peor.

En este punto se podría explicar por qué el presidente Morales aventaja en las encuestas a Mesa en Potosí. Son los que declaran una mejor situación familiar en la actualidad: al 64% le ha ido un poco o mucho mejor en los últimos 12 meses.

Cuando se les pidió a los encuestados que proyecten su economía familiar en los próximos 12 meses, ese optimismo se acentuó: el 55% cree que le irá algo o mucho mejor, mientras que un 14% augura que le irá peor o mucho peor.

Reacciones

“Son indicadores y datos muy  buenos para una gestión duradera y bien valorada y nos abre una posibilidad cierta y positiva de seguir creciendo en intención de voto”, dice Manuel Canelas, ministro de Comunicación. Para él, una gestión larga con un 49% de aprobación es difícil de encontrar y va contra la idea de que las gestiones duraderas generan deterioro.

Observa que el porcentaje de aceptación de Morales es mayor que el de presidentes que no han terminado ni su primer mandato, como el argentino Mauricio Macri, el chileno Sebastián Piñera, el colombiano Iván Duque o el ecuatoriano Lenín Moreno.

“Con una intención de voto del 37%, es bastante razonable creer que los que valoran tu gestión terminarán apoyándote electoralmente”, dijo. Consultado sobre la percepción de mal rumbo del país, lo atribuyó a la época electoral y a los discursos opositores que aseguran que Bolivia está a punto de caer en una dictadura.

Cree que después de las elecciones esta percepción se parecerá más a la del 53% que cree que su economía mejoró o al 80% que ve que su situación es de regular para arriba. Para Vladinir Peña, coordinador de campaña de Bolivia Dice No, estas son cifras que demuestran que la bonanza se ha acabado y que las cifras económicas que antes ‘vendía’ el Gobierno le han rebotado en la cara.

En opinión del vocero opositor, estas elecciones no tienen el mismo contexto económico que las de 2014 y se dan en un entorno de desmoronamiento de precios del petróleo, gas y últimamente la soya.

A ello le suma las denuncias de corrupción y mal uso del dinero público, de las que, según Peña, ya no se salva ni Morales. Humberto Peinado, postulante a la Vicepresidencia por UCS, cree que los datos muestran un país polarizado, aunque desconfía de la encuesta, ya que, según él, a las personas que pregunta en las calles le aseguran que la crisis ha aumentado. Cree que esto está siendo utilizado por el MAS y CC para empujar a un voto por el miedo y no a un “voto consciente”.