Carlos Romero, ministro de Gobierno, dijo que solo en la ciudad de Santa Cruz se paralizaron las actividades y en el resto del país se trabajó con total normalidad

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7 de diciembre de 2018, 4:00 AM
7 de diciembre de 2018, 4:00 AM

¿Cómo evalúa el paro cívico?

Es la convocatoria de líderes políticos de la derecha de la oposición, de algunos autodenominados comité cívicos, plataformas ciudadanas y comité de defensa de la democracia que han hecho un gran despliegue para paralizar todo el país, pero aquí se ha trabajado con normalidad; los sectores productivos, los servicios y el transporte han trabajado. El único lugar que han logrado paralizar es la ciudad de Santa Cruz, 35 puntos de bloqueo movilizando a unas 3.500 personas a lo largo del segundo anillo, se impidió el acceso a Viru Viru, aunque los vuelos no se interrumpieron. Las rutas interdepartamentales han sido inaccesibles por los bloqueos, pero en las ciudadelas y las provincias las actividades fueron normales, y en el resto del país, los bloqueos han sido escasos.

En algunos lugares del oriente han usado grupos de matonaje para cerrar los comercios, han provocado una muerte en Riberalta y han agredido a una persona de la tercera edad en el Plan Tres Mil, pero eso es fruto de la baja convocatoria que han tenido. Han movilizado no más de 5.000 personas en todo el país y, de eso, más de dos tercios son de la ciudad de Santa Cruz.

Se vienen más medidas, ¿cómo actuará el Gobierno?

Como hemos actuado ahora, pueden hacer las movilizaciones que les parezcan, están garantizadas, no vamos a intervenir; más bien que las hagan porque eso visibiliza su capacidad real de convocatoria.

Hubo enfrentamientos en las afueras del Tribunal Supremo Electoral...

No hubo enfrentamientos. Ahí tenemos un resguardo policial que ha soportado piedras, palos, huevos y pintura toda la tarde, la Policía ha sido agredida.

Con la polarización política que hay, ¿qué panorama ve en Bolivia?

No hablaría de polarización, estamos frente a pequeños grupos, esa es la realidad objetiva, no conviene crear fricciones, deformar la realidad y autoengañarse. Lamentablemente, los líderes políticos se han dedicado a engañar a la gente, le han hecho creer que la OEA, la CIDH iban a intervenir e inviabilizar la candidatura de Evo. Hablan a nombre de la democracia y cómo pueden hablar de democracia grupos que contratan gente para ejercer matonaje como lo han hecho en Riberalta.

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