De acuerdo con cifras oficiales, Bolivia ha conseguido reducir de 55.000 hectáreas de hoja de coca ilegales en 1980 a cerca de 20.000 en la presente campaña

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18 de enero de 2018, 19:41 PM
18 de enero de 2018, 19:41 PM

El Gobierno subrayó este jueves su compromiso en la erradicación del cultivo ilegal de coca, sin necesidad de obtener la misma ayuda internacional que recibía en el pasado.

"Antes dependía de las buenas intenciones de la cooperación internacional", recordó el ministro de Gobierno, Carlos Romero, en el inicio de la campaña anual contra las plantaciones ilegales.

El ministro se refirió ante los medios a la nacionalización que hace una década emprendió el Gobierno de Evo Morales en el combate contra los cultivos ilícitos, para no depender de otros Estados, aunque mantiene algunos apoyos de la Unión Europea y de países vecinos.

Sin embargo, ya no requiere el papel que "el Estado había asignado a la DEA norteamericana", agregó.

Bolivia expulsó del país en 2008 a la Administración para el Control de Drogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), en un contexto de acusaciones a Estados Unidos de conspiración contra el Gobierno boliviano.

Romero hizo estas declaraciones en San Juan de Piquendo, en el noreste del país, en una demostración de eliminación de plantas ilegales por parte de la fuerza conjunta de la Policía y el Ejército boliviano destinada a combatir el narcotráfico.

Bajo la supervisión del ministro, los uniformados eliminaron de raíz las plantas en una zona del Alto Beni, ante la curiosidad de campesinos del lugar.

Con acciones como esta, el Gobierno de Bolivia ha conseguido reducir de unas 55.000 hectáreas de hoja de coca ilegales en 1980 a cerca de 20.000 en la presente campaña.

"Estamos en condiciones de decir que hemos cumplido nuestra responsabilidad ante la comunidad internacional. Las cifras hablan por sí solas, pero no implica relajarnos en nuestra tarea", puntualizó Romero.

El Ejecutivo boliviano invirtió unos 450 millones de dólares en los últimos seis años en prevenir el narcotráfico, sobre todo en equipamiento tecnológico como "helicópteros de tecnología punta para llegar a los territorios que antes eran inaccesibles", según Romero.

Uno de los principales problemas del narcotráfico en el país es la compleja orografía, que dificulta las labores de prevención y control en determinadas zonas poco accesibles.

El consumo de coca masticada está reconocido internacionalmente, pero parte de la hoja cultivada termina en laboratorios químicos para convertirse en cocaína y ser exportada.