Hace cuatro años las grandes potencias industrializadas le cerraron la puerta a Putin. Ahora Trump quiere que Moscú vuelva a sentarse a la mesa, en medio de una gran disputa arancelaria con sus aliados.

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8 de junio de 2018, 18:45 PM
8 de junio de 2018, 18:45 PM
G7 en Quebec
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En
el G7 participan EE. UU., Canadá, Francia, Alemania, Japón, Reino Unido e Italia.

"He sido la peor pesadilla de Rusia".

Con esa frase preparaba el presidente Donald Trump lo que iba a ser el lanzamiento de un auténtico bombazo cuando estaba a punto de viajar a Canadá para participar en el primer día de la cumbre del G7.

"Rusia debería estar en esta reunión".

Como si hubiera pocos temas polémicos en la agenda del encuentro entre los países más industrializados (EE.UU., Canadá, Francia, Alemania, Japón, Reino Unido e Italia), Trump quiso agregar otro.

Rusia fue expulsada del grupo a raíz de la crisis en Ucrania, tras la anexión de la península de Crimea en 2014 por parte del presidente ruso, Vladimir Putin.

Putin y Trump
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La
propuesta de Trump abre un nuevo frente entre Washington y el resto del bloque.

Y con esta declaración, Trump abre un nuevo frente entre Washington y el resto del bloque y añade presión a una cita de por sí muy tensa por la guerra arancelaria.

"Te guste o no, y puede que no sea políticamente correcto, tenemos que gestionar los asuntos globales", agregó el mandatario.

"El G7 solía ser el G8, expulsaron a Rusia. Deberían permitir que Rusia regrese".

"El siete es un número de la suerte"

El nuevo primer ministro italiano, Giuseppe Conte, fue el único que en principio se mostró de acuerdo con la propuesta. De hecho, Conte, ya había dicho en su primera comparecencia ante el Senado, que también promoverá el levantamiento de las sanciones a Rusia.

Pero la idea encontró poco eco. A las pocas horas el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, rechazó la propuesta.

"Dejemos el G7 como está ahora. El siete es un número de la suerte, al menos en nuestra cultura", dijo Tusk poco antes de que partiera la cumbre. Y agregó que la cita "será la más difícil en años".

"Es evidente que el presidente estadounidense y el resto del grupo siguen estando en desacuerdo sobre comercio, cambio climático y el acuerdo nuclear con Irán", afirmó Tusk.

"Pero lo que más me preocupa es que el orden internacional, basado en normas, está siendo atacado. Y lo que es bastante sorprendente, no por los sospechosos habituales, sino por su principal arquitecto y garante, los Estados Unidos", agregó Tusk.

La expulsión de Rusia

Pero aunque el europeo diga ahora que el 7 es el número de la suerte, lo cierto es que el G7 solía ser el G8 hasta que los miembros del grupo, liderados por Barack Obama, decidieron expulsar a Rusia, por haber anexado Crimea a su territorio.

En aquel entonces, en 2014, Obama definió la anexión como una agresión rusa a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, así como una violación del orden internacional establecido tras la Segunda Guerra Mundial.

Putin en el puente de Kerch.
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Putin
inauguró hace poco el puente de Kerch, consolidando la anexión de Crimea.

En cambio Putin, argumentó que fue una decisión de los propios habitantes de Crimea y negó las acusaciones de que le había entregado armas y equipos militares sofisticados a los rebeldes.

En los últimos cuatro año, Rusia ha seguido consolidando su control sobre la península, mientras que la minoría tártara que vive en el territorio ha denunciado persecuciones.

Es más, hace unas semanas Putin inauguró el puente de Kerch, que une a Rusia con Crimea, y que es considerado por Putin como el "proyecto del siglo".

Crimea tiene una ubicación geoestratégica clave en el mar Negro, en medio de una ruta de intercambios comerciales globales y ductos que transportan petróleo y gas de Oriente a Occidente.

Además, ahí se encuentra la base naval rusa de Sebastopol.


"Trump llega con una explosión"

James Robbins, corresponsal diplomático de la BBC

Las relaciones entre Donald Trump y los principales aliados de EE.UU. ya estaban en un punto bajo por la disputa arancelaria, antes de que el presidente casualmente dejara caer su granada de mano sobre reintegrar a Rusia.

La mayor parte de los líderes del G7 piensa que la decisión de expulsar a Rusia en 2014 fue -y sigue siendo- la correcta. Incluso Moscú parece indiferente sobre el regreso al grupo.

Camiones con exportaciones
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Expertos
dicen que podría ser una táctica para distraer la atención sobre la disputa arancelaria.

En muchos sentidos, la propuesta parece ser una táctica deliberada de Trump para distraer la atención sobre su "guerra de declaraciones" con el resto de los miembros del G7 sobre comercio y proteccionismo.

Al presidente Trump no le gusta para nada la idea del G7: un club de naciones que tradicionalmente se agrupa en torno a valores compartidos anclados en un orden mundial basado en reglas acordadas en conjunto.

Siendo el último en llegar a la cumbre, Trump será el primero en irse.



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