La muerte de la periodista y asesora política se produjo a plena luz del día en Kabul, la capital de Afganistán.

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13 de mayo de 2019, 19:27 PM
13 de mayo de 2019, 19:27 PM
La policía indaga si tras la muerte de Mina Mangal hay un problema familiar, algo que podría parecer un tema privado y que, sin embargo, en Afganistán es un asunto que está en el centro del debate público.

La periodista y activista fue tiroteada el sábado pasado a plena luz del día. La atacaron dos pistoleros montados en una motocicleta.

Eran las 7:20 de la mañana, cuando Mangal apenas había salido de su casa, en el este de Kabul, en dirección a su trabajo en la comisión de asuntos culturales del Parlamento afgano.

Apenas unos días antes había denunciado a través de Facebook que había recibido amenazas de muerte.

De hecho, en su última publicación en esa red social expresaba su rabia en contra de aquellos que "amenazan con suprimir o matar mujeres". Sus alertas, sin embargo, no alcanzaron a salvarle la vida.

La muerte de Mangal ha generado gran indignación pública en Afganistán.

Instituciones como la Corte Suprema de Justicia de ese país, así como varios grupos de la sociedad civil -incluyendo a la comisión en contra de la violencia contra la mujer- han exigido una investigación exhaustiva sobre su asesinato.

El jefe del Ejecutivo afgano, Abdullah Abdullah, se comprometió a atrapar a los responsables.

Pero, ¿quién era esta mujer y por qué su muerte ha causado tanta conmoción?

Periodista y mujer trabajadora

Mangal, de 27 años de edad, trabajó como productora y presentadora para las estaciones de televisión más destacadas de su país, incluyendo el canal Ariana News.

La muerte de Mangal se produjo a plena luz del día en Kabul.
Reuters
La muerte de Mangal se produjo a plena luz del día en Kabul.

Como presentadora, la mayor parte de los programas que lideró eran de corte cultural aunque también estuvo al frente de uno que se centraba en el tema de los derechos de las mujeres.

Periodista y mujer trabajadora, Mangal juntaba así en su perfil dos componentes de alto riesgo en Afganistán, país que en 2018 fue considerado por Reporteros sin fronteras como el más peligroso para los profesionales de la información.

Su condición de mujer también implicaba un riesgo añadido.

De acuerdo con cifras de la ONU, 51% de las mujeres en ese país sufren violencia física o sexual en algún momento de su vida por parte de un compañero íntimo, mientras que 46% de las mujeres han experimentado esos tipos de violencia en los últimos 12 meses.

En tiempos recientes, Mangal había dejado el periodismo para trabajar como asesora de la comisión de asuntos culturales del Parlamento afgano.

Caso particular, amenaza general

Las primeras hipótesis sobre la muerte de Mangal apuntan a los problemas que tenía con su exmarido, de quien se había divorciado hace poco aunque ya tenían dos años separados.

La policía afgana ordenó la búsqueda y captura del excónyuge.

Entierra de Mina Mangal
EPA
Mangal fue enterrada el domingo, al día siguiente de su muerte.

Según explicó a la BBC Jamshid Rasooli, un portavoz de la Fiscalía, al momento de la separación la familia de Mangal había presentado una denuncia por violencia doméstica en contra del marido pero el caso había sido desestimado por un tribunal.

"He perdido una hija inteligente y activa debido a una disputa familiar. Le pregunto al gobierno por qué no pudo proteger a mi hija trabajadora y (por qué) la he perdido. Les urjo a que protejan a mis otras hijas y a otras mujeres que como ellas salen de su hogar y sirven a nuestra sociedad", dijo el padre de Mangal a la BBC.

Con un elevado número de matrimonios forzados, asesinatos "de honor" y altas tasas de violencia doméstica, Afganistán se ubica entre los peores lugares en los índices internacionales que miden la igualdad de género.

Pero la situación, mala de por sí, se vuelve peor cuando se trata de mujeres que trabajan fuera del hogar.

Así, mientras la policía prosigue las investigaciones sobre el caso de Mangal, son muchas las personas preocupadas por el tema de la seguridad de las mujeres.

Un ejemplo de ello es Breshna, quien vive preocupada por sus cinco hijas que estudian y trabajan en Kabul.

"Las mujeres activas y trabajadoras que dejan el hogar cada día para acudir a un empleo no están a salvo", dijo a Shazia Haya, corresponsal de BBC Pashto.

La preocupación por este perfil de mujer se ha incrementado en los últimos meses ante el avance de las negociaciones entre Estados Unidos y los talibanes, pues se teme que un acuerdo de paz podría poner en peligro muchas de las duras conquistas y derechos obtenidos por las mujeres en los últimos 17 años.

Durante el periodo que estuvieron al frente del país, entre 1996 y 2001, los talibanes prohibieron a las mujeres trabajar fuera de casa y les exigieron salir a la calle en compañía de un familiar hombre.

Una restricción que para muchas trabajadoras afganas significaría un enorme retroceso y riesgo para sus vidas.


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