Hay mitos y verdades sobre este artefacto. Pero, también hay bondades. Enterate todas las cualidades

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2 de junio de 2020, 14:07 PM
2 de junio de 2020, 14:07 PM

Pan, pizza y multitud de masitas han destapado las habilidades culinarias en esta cuarentena. La ayuda impensable del horno ha facilitado la preparación de alimentos en muchos hogares. Ya no solo se destina a almacenar sartenes

Se ha vuelto una pieza clave de la cocina, que una vez se conoce a fondo –aunque a veces no sea sencillo– permite cocinar numerosos alimentos de forma rápida, fácil, segura y saludable. Desde aquellos que tienen un horno más sencillo a los que se han hecho con uno high-tech (los modelos más modernos), hay muchas cosas que no se saben del horno y algunos mitos que conviene desterrar.

Recomendaciones
1. Se debe precalentar el horno entre 5 y 10 minutos antes de cocinar.
2. Mantener el horno libre de residuos de grasa acumulada, ya que ésta puede provocar que el aparato hasta pueda incendiarse.
3. Si es un horno de gas, se debe tener a mano un encendedor largo, luego girar la perilla del horno, prender el encendedor y poner la perilla en la temperatura requerida.
4. Es importante no temer a usar este tipo de aparato, ya que si está en buen estado al igual que la estufa y la tubería del gas, no habrá ningún peligro.
  
Normas básicas 
1. No hay que tener prisa, en la cocina “las prisas” pueden ser muy peligrosas. Hay que ir con cuidado en el uso del horno.

2. No abrir el horno de frente. Saldrá una cantidad de calor desagradable y peligrosa, nada buena para tu piel. Hay que abrirlo siempre de lado.

3. Se deben usar los utensilios adecuados para no quemarse al retirar los alimentos: manoplas o guantes (silicona, tela guateada, aluminio…) o pinzas especialmente diseñadas para este uso.

4. Se debe seleccionar el tipo de calor, la temperatura y la altura a la que se colocará la rejilla y si se pondrá el ventilador o no. Si el calor viene del suelo del horno, se la pondrá en el piso más bajo. Si se quiere gratinar, irá lo más próximo posible al grill y si la cocción es uniforme y por todos los lados en la ranura de la mitad.

5. Hay que controlar el tiempo para que no se quemen las preparaciones. Hay que tener en cuenta el ingrediente que se está cocinando y los tiempos que se necesita para tenerlo listo.

La vajilla

– Gres y cerámica: se fabrican con arcillas naturales o pastas de arcillas plásticas refractarias y materiales desengrasantes como el sílice o el feldespato. Son muy duras y resisten altas temperaturas, mantienen el calor durante un largo periodo, son fáciles de lavar y se pueden meter en el congelador.

– Porcelana: se obtiene partiendo de una mezcla de caolín, cuarzo y feldespato, es muy resistente pero menos que la cerámica o el gres y es más delicada ya que se raya fácilmente por lo que se tendrá que tener cuidado al limpiarlas y no usar estropajos metálicos.

– Silicona: la silicona es un polímero inorgánico formado por átomos alternativos de silicio y oxígeno muy resistente a altas temperaturas, lo que lo convierte en un material muy adecuado para utilizar en el horno. Son muy ligeros y fáciles de usar.

– Vidrio: al seleccionar el vidrio que se va a utilizar en el horno, se tendrá que tener en cuenta su fabricación y que sea adecuado para este menester. Así, con el vidrio convencional hay que ser más cuidadoso para que la temperatura no pase los 100 ºC ya que podría romperse. Es más seguro utilizar vidrio templado o borosilicado (pyrex) que aguanta temperaturas muy altas y se limpia fenomenal. 

– Acero inoxidable, hierro fundido, metal y aluminio: hay infinidad de fuentes de horno elaboradas con estos materiales, algunas van recubiertas en su interior con teflón, un material antiadherente. Su estética es menos vistosa que la cerámica por lo que si se desea sacar directamente a la mesa no es una buena opción, además resultan más difíciles de limpiar. Las de hierro fundido suelen tener una presentación más adecuada para la mesa.

– Barro: su uso es tradicional así como su estética. Se utilizan para cocciones lentas y se pueden presentar en la mesa. Hay que tratarlos antes de su uso y no ponerlos al fuego sin una protección ya que no aguantan los cambios térmicos ni la llama directa.

En esta lista se han incluido los materiales convencionales, pero una sartén con el mango de metal o los tradicionales de madera o pasta forrados con aluminio servirán estupendamente, también se puede usar cualquier cazuela que se tenga en la cocina, pero hay que cuidar que no se quemen las asas y siempre cubrirlas para que no les dé el fuego directo.

Limpieza

Para mantener el horno en perfecto estado se debe cuidar su limpieza. Para este menester hay dos opciones: comprar un producto en la droguería, normalmente un aerosol que son muy eficaces, pero también muy agresivos o utilizar un método natural y ecológico.

- La sal: espolvorear el horno con sal cuando esté caliente, dejarla como mínimo dos horas y retirarla con una espátula y una bayeta húmeda.

- El bicarbonato: preparar una mezcla de bicarbonato disuelto en agua tibia, extenderla por el horno caliente y dejar que actúe mínimo una hora y media, después retirarla con una bayeta empapada en vinagre.

- Vinagre: pasar un paño empapado en vinagre, dejar actuar y secar con papel absorbente o colocar dentro del horno caliente un recipiente con agua y vinagre. Los vapores desprenderán la grasa cuando se pueda manipular y para no quemarse hay que pasar una bayeta mojada en agua con vinagre.

Tipos de cocción 

– Asar: se trata de cocinar alimentos sin líquidos, generalmente se untan con una grasa para que el calor se esparza por todo el alimento y se asen armoniosamente.

– Gratinar: se pondrá un calor intenso directamente sobre el alimento que caramelizará rápidamente formando una costra.

– A la sal: consiste en enterrar en sal y clara de huevo el ingrediente seleccionado (pescado, verdura, carne…) y dejar cocinar a fuego medio mínimo una hora. El tiempo dependerá de la materia prima y de su tamaño.

– Al baño María: en esta técnica se sumerge dentro del agua a una temperatura constante (nunca debe hervir). El recipiente que contiene la comida debe estar bien cerrado para que no le entre el agua.

– En papillote: se envuelven los alimentos dentro de papel de aluminio o vegetal que se cerrará con mucho esmero para que no se pierdan los líquidos.

– Cocciones lentas: se cocinará a fuego lento, nunca se bajará la temperatura por debajo de 50 ºC, es peligroso y los alimentos se pueden contaminar. Es una forma muy cómoda y limpia de cocinar, además los guisos quedan riquísimos.

– Al vacío: esta será la forma rústica de cocinar al vacío ya que no se cuenta con roner ni aparatos parecidos. Se introduce el ingrediente en una bolsa de vacío y en un baño María en el horno, porque es la única forma de mantener una temperatura baja y constante.