La Felcc activó un plan de protección a los negocios y casas para evitar robos. Los últimos robos son atribuidos a personas en situación de calle. Se estima que en el centro hay más de 4.000 negocios

El Deber logo
8 de abril de 2020, 6:22 AM
8 de abril de 2020, 6:22 AM

Fernando Soria Sejas /  (Fotos: Fuad Landívar)

El robo de equipamiento tecnológico en la Biblioteca Municipal, en la Plaza del Estudiante, y otro similar en las oficinas de una empresa agrícola en el segundo anillo de la avenida Piraí, han motivado que la Policía active un plan de protección de los negocios privados, empresas públicas y domicilios en el centro de la ciudad. El plan establecido por el Comando Departamental establece redoblar los patrullajes y los turnos en estas zonas.

Es martes por la noche y el centro histórico parece una ‘ciudad fantasma’, escenario propicio para una película de terror. Los maniquíes en los escaparates de las tiendas dan una atmósfera aún más sombría a las calles a las que nadie asoma por temor al coronavirus.

Según una estimación de la Asociación de Propietarios del Centro de la ciudad de Santa Cruz (APC) hay alrededor de 4.000 negocios en la zona céntrica (sin contar los mercados). Estas tiendas por lo general tienen las mayores medidas de seguridad, alarmas, cámaras de seguridad, aunque muchas veces eso no es obstáculo, puesto que por ‘temporadas’ es frecuente que los cacos aprovechen las noches de domingo y madrugada de lunes, cuando el centro está ‘de resaca’ luego de los fines de semana con fiestas hasta el amanecer, para robar en los negocios.

Sin embargo, estos últimos casos de robos son atribuidos por la Policía a personas en situación de calle. Así lo afirma a EL DEBER el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), José María Velasco, quien señala que el ‘síndrome de abstinencia’ de algunas personas consumidoras de estupefacientes, hace que cometan estos hechos “de bagatela” para proveerse de sustancias nocivas o de comida, dadas las circunstancias.

Sin embargo, esta situación no se da solo durante la cuarentena, pues los robos a tiendas y las personas en situación de calle que cometen delitos ‘menores’ son las principales fuentes de inseguridad del centro durante todo el año, según Guido Landívar, representante de la APC. El otro factor problemático son los ‘boliches’ y todo lo que acarrean consigo, aunque estos están en ‘descanso’ debido a la cuarentena.  

¿Qué se hará?, se le consulta al jefe de la Felcc y este explica que se va a patrullar más y en puntos específicos y trabajo de inteligencia criminal para vigilar los negocios. 

Mientras tanto, la Alcaldía anunció hace un par de días que habilitará albergues transitorios para gente en situación de calle.

En el recorrido que este medio periodístico hizo por el centro, se constató una Plaza Principal desierta y daba la sensación de que en cualquier momento va a aparecer ‘un bulto’ desde cualquier rincón. Lo que apareció fue un hombre de la tercera edad que la atravesó caminando a paso ligero y un gato negro se paseaba entre las banquetas frente a la Casa de Gobierno.

En la vereda del Cine Palace había una persona en situación de calle; en la esquina, las casetas de revistas y periódicos tenían cadenas y candados como única garantía de seguridad. ‘Bajando’ hacia la avenida Cañoto, se pudo ver a una patrulla policial haciendo ronda y en la calle Sara, un grupo de adolescentes en situación de calle merodeaba un centro de rehabilitación.

Para Guido Landívar, la zona central es vulnerable y está prácticamente abandonada por las autoridades. “Una muestra de esto es que no tenemos una EPI que se encargue del centro; está el Comando, pero allí es de donde se dirige la Policía de todo el departamento, en el centro lo único que tenemos es esa comisaría en El Arenal al que lo único que llega son los delitos de bagatela que suceden alrededor de Los Pozos”, comentó a EL DEBER.