7 de mayo de 2024, 7:18 AM
7 de mayo de 2024, 7:18 AM


EL DEBER sufrió un ataque cibernético destinado a silenciar su voz. La semana comenzó con esa emergencia en esta redacción, cuyo único propósito es brindar información contrastada en busca de la verdad, a sabiendas de que la libertad de prensa es un derecho fundamental de las audiencias de este grupo multimedia. Grupos delincuenciales que actúan desde las sombras en la red causaron un grave daño a la democracia y demostraron que son capaces de cualquier acción con tal de limitar los derechos ciudadanos fundamentales.

Al finalizar el domingo, los periodistas que estaban de turno vieron con angustia cómo se bloqueaba su acceso a la herramienta que administra los contenidos. Inmediatamente después, los atacantes publicaron mensajes de odio y, finalmente, ya durante la madrugada se canceló la posibilidad de que los lectores y usuarios de EL DEBER digital accedan a la página para informarse, como lo hacen habitualmente durante las 24 horas del día y los siete días de la semana.

EL DEBER tiene más de dos millones de usuarios activos y es considerado un referente de periodismo independiente de Bolivia. ¿Por qué se cometen este tipo de ataques? Queda claro que se busca silenciar una voz que es potente y que tiene una gran llegada a las audiencias, dentro y fuera de Bolivia, porque incomoda la búsqueda de la verdad y porque no se tolera que este medio de comunicación tenga credibilidad y confianza de la ciudadanía.

Aún está abierta la investigación acerca de los autores de este ataque; sin embargo, esto no es óbice para que se hagan las denuncias nacionales e internacionales que correspondan. En Bolivia es un delito cualquier intento de silenciar la libertad de pensamiento y de expresión. A escala internacional, hay organismos que vigilan el respeto a la libertad de prensa, asumiendo que esta es una garantía para la convivencia en democracia.

El ataque a EL DEBER fue condenado por la Asociación Nacional de la Prensa y la Sociedad Interamericana de la Prensa. “Condenamos toda acción deliberada que afecte o busque impedir el trabajo de los medios”, expresó Jorge Carrasco, presidente del organismo nacional y vicepresidente del ente de las Américas, que aglutina a los medios del continente.

Por su parte, la Asociación Nacional de Periodistas y la Asociación de Periodistas de La Paz consideraron “inaceptable el intento de silenciar la voz de un medio comprometido con la libertad de prensa y el acceso a información veraz”. Asimismo, hicieron un llamado a las autoridades competentes para que se investigue este ataque delictivo, a tiempo de solidarizarse con los periodistas de EL DEBER.

Lo que ha ocurrido contra la redacción de este medio de comunicación es una muestra de los enemigos de la libertad y la democracia cuentan con nuevas armas de ataque para los que la sociedad, los medios y las instituciones deben estar preparados. La disrupción tecnológica, que obliga a estar actualizados y ser innovadores, también plantea el desafío de estar alertas frente a los ataques. Si antes eran las botas de la dictadura las que perseguían al periodismo independiente, ahora se suman estrategias digitales que son una amenaza para los medios, los organismos del Estado y las entidades del sector privado.

A sabiendas de que la búsqueda de la verdad incomoda a los poderes de la sociedad, EL DEBER inició una nueva etapa de transformación digital y suscripciones en la red en busca de mantener su independencia y su voz libre para contar lo que ocurre en la realidad cotidiana. Los lectores de este medio de comunicación saben de los esfuerzos diarios por mantener los principios esenciales del periodismo. Es por eso que, hoy más que nunca, necesitamos el apoyo de la audiencia fiel con la que existe el compromiso de buscar siempre una mejor sociedad en la que se superen las injusticias y se elimine aquello que no está bien para el bien común.