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3 de mayo de 2024, 4:00 AM
3 de mayo de 2024, 4:00 AM

Las palabras del presidente Luis Arce sobre la disminución  de los recursos económicos y la preocupación de los empresarios cruceños por la "crisis desbordante" retratan una realidad económica boliviana compleja y desafiante. Sin duda, el país enfrenta un escenario adverso, pero también presenta oportunidades para reencaminar su rumbo hacia la estabilidad y el crecimiento.​

Es cierto que la "plata no está como antes", como bien lo señala el presidente. Los factores externos, como la volatilidad de los precios de las materias primas, han impactado negativamente los ingresos del país. Sin embargo, también es importante reconocer que existen factores internos que han contribuido a la situación actual.

Las políticas económicas del Gobierno, si bien han tenido algunos logros en materia de estabilidad social, han generado incertidumbre en el sector empresarial. La falta de incentivos a la inversión y la producción, sumada a una burocracia engorrosa, han desalentado la iniciativa empresarial, lo que ha repercutido negativamente en el dinamismo económico.

En este contexto de escasez, resulta imperativo tomar medidas urgentes de corto plazo para reactivar la economía. Entre las acciones más necesarias se encuentra incentivar la producción. Es fundamental reducir la burocracia, agilizar los procesos y ofrecer incentivos fiscales y financieros concretos a los sectores productivos.

Asimismo, fortalecer el mercado interno pero atrayendo inversión privada nacional y extranjera para impulsar la creación de empleos formales. También es importante ejecutar medidas para reducir el déficit fiscal, dejar de abrir empresas estatales que compiten con las privadas y que en algunos casos son ineficientes.

Urge diversificar la matriz productiva, porque la dependencia excesiva de la exportación de materias primas hace que la economía sea vulnerable a los vaivenes del mercado internacional. Hay que apostar a la industria manufacturera y los servicios.

Además, cambiar la normativa para atraer la inversión de empresas extranjeras para la explotación responsable de los recursos naturales, como el gas natural y los minerales. Bolivia necesita perforar un promedio de seis a siete pozos al año para reponer las reservas de gas natural y evitar la importación.

Y es primordial establecer un diálogo abierto y constructivo con el sector privado. La colaboración entre el Gobierno y los empresarios es fundamental para superar la crisis actual. Es necesario establecer un diálogo abierto y constructivo que permita encontrar soluciones consensuadas a los problemas económicos del país.

En definitiva, la coyuntura actual exige un cambio de rumbo en la política económica boliviana. Es necesario pasar de una gestión basada en el gasto público a un modelo que incentive la producción, la inversión y la creación de empleo. Solo así se podrá superar la crisis actual y sentar las bases para un crecimiento económico sostenible y equitativo.

Es importante recordar que la economía no es un ente abstracto, sino que está compuesta por personas, empresas e instituciones. Detrás de las cifras y estadísticas hay familias que buscan un futuro mejor. Las decisiones que se tomen hoy tendrán un impacto directo en la calidad de vida de los bolivianos en el mañana.

Por lo tanto, es fundamental actuar con responsabilidad, celeridad y visión de futuro. Bolivia tiene el potencial para superar esta crisis y convertirse en un país próspero y equitativo. Es hora de tomar las medidas necesarias para que ese potencial se convierta en una realidad tangible para todos los bolivianos.

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