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6 de mayo de 2024, 4:00 AM
6 de mayo de 2024, 4:00 AM

La industrialización ha sido un tema recurrente en la agenda política boliviana desde hace décadas. Durante el gobierno de Evo Morales, se impulsó con fuerza para transformar el país de un exportador de materias primas en un productor de bienes manufacturados. Sin embargo, a pesar de haber recibido $us 60.000 millones en ese periodo, los resultados esperados aún no se materializan.

El ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, dijo en EL DEBER Radio que la industrialización es un objetivo prioritario para el Gobierno. Pero vemos que las empresas estatales que recibieron créditos del Banco Central de Bolivia (BCB) para apoyar la industrialización registran una baja capacidad de producción, paralizaciones por mantenimiento, falta de materia prima y casos de corrupción. De hecho, la deuda acumulada por estas empresas suma Bs 37.000 millones y el mismo informe del BCB revela que también financian el pago de los créditos, lo que genera más dudas sobre la efectividad de la ‘estrategia industrial estatal’.

La industrialización es un objetivo noble y necesario para el desarrollo de Bolivia. Sin embargo, se debería dejar en manos de la empresa privada nacional y extranjera, como sucede en otros países que logran una mayor eficiencia y generan empleos formales que benefician a la sociedad. Incluso el ministro de Hidrocarburos ha reconocido que sin compañías extranjeras no van a poder producir litio.

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